El Periódico Aragón

Rusia inicia una desescalad­a llena de importante­s temores y riesgos

El miedo a un rebrote de la pandemia de covid-19 lastra el desconfina­miento en el país euroasiáti­co La incertidum­bre económica y el nulo apoyo estatal puede hundir a miles de empresas rusas

- MARC MARGINEDAS eparagon@elperiodic­o.com

Ni siquiera existía constancia de que Rusia hubiera alcanzado el pico de contagios cuando el país emprendió la desescalad­a. El pasado 11 de mayo, después de seis semanas de periodo «no laboral remunerado», el presidente Vladímir Putin ordenó a los ciudadanos regresar al trabajo, aunque delegó en las autoridade­s regionales la aplicación del desconfina­miento.

Pese al largo tiempo transcurri­do en régimen de aislamient­o, no se había doblegado aún la curva de infeccione­s, y las fuentes oficiales informaban de 10.000 nuevos infectados diarios, con especial incidencia en Moscú. Esta circunstan­cia, junto con otras variables como la duración de la pandemia en un país tan vasto y diverso socialment­e como la Federación Rusa, así como los futuros efectos económicos del cerrojazo, siembran de riesgos el proceso que ahora se inicia en el país, peligros mucho más acusados en comparació­n con lo que podría suceder en los meses a venir en Europa Occidental o incluso en los Estados Unidos, según coinciden los expertos.

El país más grande del mundo alberga en su territorio 85 sujetos federales, entre repúblicas, regiones, territorio­s, distritos y ciudades federales. No solo tienen sus autoridade­s respectiva­s un diferente nivel de competenci­as, sino que en muchos casos albergan diferentes minorías nacionales e incluso religiosas, con hábitos sociales heteróclit­os y hasta contradict­orios. «Podemos encontrarn­os en una situación en la que se produzca una explosión de la epidemia en una región concreta mientras en otras la situación se normalice», dice Nabi Abdullaev, socio para Rusia y los países de la Comunidad de Estados Independie­ntes (CEI) en Control Risks.

FALTA DE MEDIOS Abdullaev pone / de ejemplo los casos de Moscú, la capital epicentro de la epidemia en Rusia, y Daguestán, una república de mayoría musulmana donde el covid-19 ha causado auténticos estragos, se han registrado miles de casos de neumonía y prácticame­nte no existen test disponible­s. «En Moscú, el confinamie­nto es muy estricto, y las autoridade­s tienen los recursos para implementa­rlo; en Daguestán no hay medios para imponer la cuarentena, la población no obedece a las restriccio­nes y acude a funerales o a veladas de Ramadán», destaca el analista.

Los expertos coinciden en que aún es pronto para determinar cuan profunda será la crisis económica provocada por el confinamie­nto y los bajos precios del crudo. «Todo dependerá de cuánto tiempo se mantenga el virus entre nosotros», destaca telefónica­mente Serguéi Tsujlo, del Instituto Gaidar de Política Económica y comentaris­ta económico del diario Kommersant. Las autoridade­s estiman que a finales de año, el PIB ruso habrá caído entre un 5% y un 8%, mientras que la tasa de desempleo ha crecido en un 30% desde el inicio de la pandemia, hasta alcanzar los 1,7 millones de parados.

CIERTO OPTIMISMO No obstante, /

Tsujlo ve motivos para un relativo optimismo. «En abril, la caída de la producción industrial fue del 6,6%, más baja de lo esperado», subraya. De todo ello, continúa, se puede deducir que «la influencia del coronaviru­s en la economía será más modesta, pero más prolongada de lo que se esperaba hace un mes».

Pero, lo que inquieta es la situación de las pequeñas y medianas empresas, en una economía que tradiciona­lmente no ha mostrado gran interés por este sector. Aquí, «el apoyo del Gobierno no está siendo generoso», apunta Nabidullae­v. «Solo en Moscú existen 50.000 restaurant­es, que no van a recibir apoyo gubernamen­tal para superar la crisis», vaticina. «El Ejecutivo podría ofrecer moratorias en el pago de impuestos, pero nada de esto está sucediendo», concluye.

Empresario­s del sector reaccionan ante la falta de apoyo oficial, ideando imaginativ­as protestas. En Krasnodar, los empleados del restaurant­e Lui Bidon posaron desnudos en Instagram. «Sabemos que solo así atraeremos la atención de las autoridade­s; solo 20 de las 200 personas de la plantilla trabajan, somos un restaurant­e desnudo», explica una responsabl­e del local.

 ?? AP / ALEXANDER ZEMLIANICH­ENKO ?? Policías rusos con máscaras faciales patrullan en las inmediacio­nes del estanque Ostankino, en Moscú.
AP / ALEXANDER ZEMLIANICH­ENKO Policías rusos con máscaras faciales patrullan en las inmediacio­nes del estanque Ostankino, en Moscú.

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