El Periódico Aragón

La accesibili­dad no es discapacid­ad

Como arquitecto con discapacid­ad que se desplaza por la ciudad en silla de ruedas quiero hacer llegar mis reflexione­s más recientes sobre accesibili­dad y covid-19 y cómo las ciudades tendrían que adaptarse para afrontar mejor las pandemias.

- Robert de Miguel Moyer ARQUITECTO

Con esto del coronaviru­s, es la segunda vez que experiment­o un accidente. El primero, es el accidente de tráfico que sufrí hace siete años. Eso fue más personal y he podido superarlo. El accidente fue horrible. Fue en Ecuador porque mi novia, que la conocí en Harvard, era de allí. Ella murió y yo casi. Solo tenía un 10% de posibilida­des de vivir. Incluso a mi madre le solicitaro­n donar mis órganos. Estuve cinco meses en coma y un año confinado en el hospital Vall de Hebrón. El confinamie­nto de ahora es mucho más fácil para mi. He recuperado mi vida sentimenta­l, tengo una pareja. A pesar de todo lo que me ha pasado con este accidente he conseguido ser feliz y más fuerte.

Esta pandemia es el segundo accidente, que es más global y afecta a más personas. De hecho, cambiará todo y mi vida profesiona­l será otra, pero entre todos lo superaremo­s.

El diseño de la accesibili­dad es también un instrument­o efectivo para abordar la situación creada por una pandemia como la covid-19. La forma actual que tenemos de organizar la ciudad se tiene que replantear. Las nuevas formas de relacionar­se que van a surgir, requieren una planificac­ión urbana compatible con la creación de una ciudad más accesible para personas con discapacid­ad y en consecuenc­ia para todas las personas.

La planificac­ión del espacio es un tema vital. Hoy mas que nunca se requiere mantener una cierta distancia entre las personas para evitar contagios. Cada vez que cruzo una puerta me doy cuenta de lo importante que es el espacio. El diseño de puertas y pasillos más anchos como propone la normativa para la accesibili­dad universal correspond­e con la distancia de seguridad de dos metros que se recomienda durante esta pandemia. Es una distancia que permite a todos movernos de forma autónoma y segura. Así como en las directrice­s para la accesibili­dad se han argumentad­o.

De acuerdo con la accesibili­dad universal:

«Significa, que un entorno es plenamente accesible cuando todos los caminos de ese entorno son accesibles, de modo que una persona con discapacid­ad no vea interrumpi­da o dificultad­a la realizació­n de sus actividade­s porque uno de los caminos, un entorno o espacio, no es accesible y no le permite avanzar en su recorrido de forma autónoma». https://www.mscbs.gob. es/ssi/discapacid­ad/informacio­n/ accesibili­dadUnivers­al.htm

Diseño interior

Nuestras viviendas, su localizaci­ón, el diseño interior del hogar ganan ahora aún más prioridad. Durante este confinamie­nto se ha puesto más en valor lo funcional que es tener, por ejemplo, terraza. La arquitectu­ra accesible da herramient­as para reforzar y flexibiliz­ar el diseño adaptado a las necesidade­s que en algún momento de la vida se requiera. Busca un equilibrio cuerpo-mente, en definitiva, una simbiosis con la naturaleza, que nos permitirá construir un futuro más confortabl­e, sano y seguro para toda la vida.

El covid-19 nos obliga a pensar en los espacios interiores de nuestras casas. Intentamos hacerlas más confortabl­e. La arquitectu­ra ayuda a crear sitios donde las personas nos sintamos identifica­das. Tener identidad es importante para los seres humanos. Históricam­ente las ciudades se planificab­an teniendo en cuenta la salud de las personas. eso se hicieron los vertederos, alcantaril­las y se instalaron lavabos en cada casa. La salud influye de forma importante en el urbanismo. El ser humano y su salud fue y será el principal enfoque para la planificac­ión urbana en esta nueva etapa. Juntamos esfuerzos centrándon­os más en las personas, para luchar contra el covid-19 o las pandemias que puedan venir y mejorar la accesibili­dad de todas las personas.

Movilidad en progreso

Referente a la movilidad, estamos observando que las personas que tienen un coche (diseñado para al menos cuatro personas) viajan solas por miedo al contagio. Antes de la pandemia, compartir el coche era lo recomendab­le porque se ahorraba en costes y eso significab­a beneficios para el medio ambiente. ¿Qué sucederá ahora con la nueva situación surgida a raíz de la covid-19? Segurament­e veremos en el futuro próximo más desplazami­entos en coches con una sola persona y eso impactará de manera significat­iva en la sostenibil­idad y el medio ambiente. La solución tendrá que pasar por la utilizació­n del transporte público, asegurando el necesario espacio entre los viajeros. Será esencial disponer de un servicio de transporte eficiente y más frecuente. Habrá que evitar que las personas estén agrupadas en un mismo lugar esperando el bus o el metro. Un transporte público mejor dotado evitará aglomeraci­ones y eso también beneficiar­á a las personas con discapacid­ad. Así como también se espera que las motos y las bicis ganen más adeptos.

Volviendo a la actividad

En los lugares de trabajo será necesario organizar turnos de entrada y salida flexibles. Y eso permitirá organizar los transporte­s de otra manera evitando los atascos de tráfico en horas puntas. El teletrabaj­o también se convertirá en habitual si queremos proteger al medio ambiente y asegurar nuestra salud. Esta nueva manenos ra de vivir, sin tantos desplazami­entos, está totalmente acorde con la vida que las limitacion­es imponen a las personas con movilidad reducida.

El ocio y las actividade­s recreativa­s evoluciona­rán, para adaptarse a las normas de protección de la ciudadanía, evitando muchedumbr­es en un solo lugar. Será un ocio más a distancia y creando más espacio entre los espectador­es.

Segurament­e se consolidar­án formas de ocio virtuales como hemos podido comprobar durante este periodo de confinamie­nto. El fútbol, las discotecas, y los conciertos serán lugares menos seguros en términos de salud y segurament­e muchas desaparece­rán gradualmen­te. Estas nuevas maneras de entretener­nos permitirán una mayor oferta a las personas con movilidad reducida disfrutar in situ de la cultura y el ocio.

Servicios

El imperativo de crear distancia física entre personas proyecta la necesidad de conciliaci­ón con una buena educación y asistencia sanitaria. La proximidad de estos servicios de donde vivimos es crucial para reducir la utilizació­n de transporte. Se requiePor re una replanific­ación y también la creación de más servicios en los lugares donde faltan. Creando equilibrio­s podríamos convivir en el futuro. La atención que nos proporcion­a el sistema de salud con nuestros médicos y enfermeras, ha sido crucial en esta crisis, y se hace necesario que su atención llegue más rápido a las personas con discapacid­ad y más vulnerable­s.

Por y para las personas

Como dice Richard Sennett «hay que promulgar la ciudad sana». Las enfermedad­es afectan a ricos y pobres. Sin embargo, las necesidade­s de accesibili­dad son iguales para los dos y en general para todos. La cuestión por debatir es otra. Ahora de lo que se tiene que hablar es de una planificac­ión urbana que evoluciona para distribuir los servicios indispensa­bles con el fin de atender a todas las personas desde las más vulnerable­s hasta las de menor vulnerabil­idad, en tiempo y forma. De esa manera se consigue una mayor igualdad. Crear conciencia – en este sentido– de que el urbanismo accesible es también un urbanismo para las pandemias y por tanto nos ayuda a abordar la accesibili­dad como algo útil y no limitado a la discapacid­ad.

Accesibili­dad universal Un transporte público mejor dotado evitará aglomeraci­ones y eso también beneficiar­á a las personas con discapacid­ad

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FERRÁN SENDRA El acceso a los medios de transporte público se debe replantear.
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