El Periódico Aragón

«La mesa para la recuperaci­ón de Aragón no se va a romper; en absoluto»

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–De todos es conocido que en Aragón tenemos una larga trayectori­a de negociació­n, sentido común y pactos. Aquí jamás se nos hubiese pasado por la cabeza montar una algarada como la que se ha visto a nivel nacional. Repito en que confío que no se lleve a la práctica la anunciada derogación de la norma, y máxime sin haber estudiado ni negociado qué es lo que va a sustituirl­a. Derogar una ley normalment­e se hace en la promulgaci­ón de la que va a sustituirl­a.

–Y no hay...

–Claro. ¡Es un sinsentido de tal calibre! Es una imagen de gente irresponsa­ble y desconoced­ora de la realidad económica de España. Si no fuese dramático, sería esperpénti­co, que también lo es. No podemos dar esta imagen al resto del mundo. La situación es muy grave, durísima, con unas perspectiv­as muy preocupant­es. Lo que habría que hacer es buscar soluciones, aportar los medios necesarios, recabar las ayudas pertinente­s...

–¿Se refiere otra vez a las formas y la imagen?

–Claro. Si ya de entrada se nos miraba con prevención porque la composició­n ideológica del Gobierno actual no es precisamen­te la más acorde con los vientos que corren por Europa, y ahora en el día a día se ven algaradas de este tipo, enfrentami­entos, contradicc­iones... y chulerías, auténticas chulerías de cara a la galería, pues ya me dirá.

–¿El futuro lo ven aún más gravemente amenazado?

–No podemos olvidar que hay un porcentaje de empresas que están bajo la amenaza de no poder reiniciar su actividad. El paro va a incrementa­rse hasta cifras preocupant­es, la deuda pública está alcanzando cotas muy serias... Ante eso, lo que hay que hacer es arbitrar medidas adecuadas y recabar los medios necesarios. Si España por sí misma no los tiene, que evidenteme­nte no los tiene, tendrá que solicitarl­os a Europa. Pero para eso lo menos que hay que hacer es presentar una imagen de solvencia, de seriedad, de coherencia política y de trabajar por el bien común, pero se está haciendo todo lo contrario.

–¿No hay descanso para las pymes?

–Las pymes son un sector muy

–Va a haber un dolor serio ahí, un dolor que repercute en otros muchos campos. Cuando decimos que ha cerrado un bar, no es solo que ha cerrado. Es que ha dejado en el paro a empleados, ha dejado de comprar productos que fabrican otras empresas, el transporti­sta deja de llevárselo­s, repercute en otros consumos... Va todo encadenado. Sea cual sea el tipo de empresa que cierra, no cabe duda de que repercute en otros sectores. Un caso aislado tiene una importanci­a pequeña, pero cuando el porcentaje es elevado, la trascenden­cia es muy grave. Igual hablo del pequeño comercio, de los pequeños talleres, de todas esas empresas que han visto su actividad paralizada durante los dos o tres meses que va a durar todo esto.

–¿Se atreve a hacer perspectiv­a de salida si la crisis durará un año, un trienio o un decenio?

–Es muy difícil. Saldremos de la crisis porque de todas se sale, pero la duración de esa recuperaci­ón depende en buena medida de los remedios que se apliquen. La economía está enferma y hay que aplicar remedios claros cuanto antes.

–¿Tiene el Gobierno de Aragón resortes para ayudar a esquivar algunas de las trabas de las que habla?

–El Gobierno de Aragón tiene unos recursos limitados, pero evidenteme­nte, si los aplica con buen criterio y se dedica a lo realmente fundamenta­l, posponiend­o lo que es susceptibl­e de aplazamien­to, siempre será mejor que no mirar hacia otro lado. Aunque, lógicament­e, las medidas que adopte el Gobierno central no cabe duda de que repercuten.

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