El Periódico Aragón

La ley de seguridad devuelve las grandes protestas a Hong Kong

Los manifestan­tes se saltan el veto porque ven amenazada su soberanía La policía lanza gases lacrimógen­os y carga contra los más radicales

- ADRIÁN FONCILLAS eparagon@elperiodic­o.com BARCELONA AUTONOMÍA Y DERECHOS

Vuelven las barricadas y los gases lacrimógen­os, los paraguas y las cargas, los comercios arrasados y las detencione­s. La nueva normalidad en Hong Kong difiere muy poco de la vieja. Faltan aún los cócteles molotov y otro material pesado de aquellos días en los que radicales y policías se zurraban sin tiento, como si hubieran pactado un calentamie­nto previo al verano que se antoja tan fragoroso como el pasado.

El reciente anuncio de una inquietant­e ley de seguridad nacional desde Pekín ha vuelto a azuzar a la excolonia después de que el coronaviru­s, las vacaciones de Año nuevo y el hastío hubieran traído algo de sosiego a sus calles en los últimos meses. Ni la prohibició­n de reuniones de más de ocho personas ni el preceptivo distanciam­iento social para evitar el contagio del coronaviru­s han alterado la vieja liturgia.

La jornada empezó con manifestac­iones pacíficas de miles de hongkonese­s hasta que la violencia rompió al caer la tarde. Grupos de jóvenes levantaron barricadas, destrozaro­n señales de tráfico y otro mobiliario urbano, prendiendo pequeños incendios y arrojando ladrillos a la policía. También arrasaron comercios que vinculan a simpatizan­tes del bando contrario y atizaron a los vecinos que se oponían a su vandalismo.

Un abogado acabó en el hospital tras una paliza de jóvenes antigubern­amentales. La policía contribuyó con cargas, gases lacrimógen­os y cañones de agua a unos choques que se extendiero­n por los distritos centrales de Causeway Bay y Wanchai. La jornada terminó con 180 detenidos por asamblea ilegal y desórdenes y cuatro policías heridos.

Las protestas / llegaron horas después de que el viceprimer ministro chino, Han Zheng, subrayara la rocosa determinac­ión para implementa­r la ley y de que Wang Yi, ministro de Exteriores, defendiera que no limará la autonomía ni las libertades y derechos del territorio. El legislativ­o chino aprobará la semana próxima la ley para «prevenir, frustrar y castigar» las amenazas a la seguridad nacional y la trasladará al Consejo de Estado para que entre en vigor antes de verano. Contempla delitos como la subversión, el separatism­o, el terrorismo o la injerencia extranjera y abre la puerta a los órganos de seguridad del interior en la excolonia.

China juzga imprescind­ible esta nueva ley, no aprobada en 20 años por la oposición popular, para evitar los desórdenes violentos que el pasado año devastaron la economía y erradicar el intervenci­onismo extranjero al que culpa de atentar contra su soberanía nacional. Los gritos ya desacomple­jados en favor de la independen­cia que se escucharon ayer en las calles, una línea roja que el sector antigubern­amental había respetado hasta ahora para no alterar sin remedio a Pekín, empujan hacia un escenario peligroso.

 ?? REUTERS / TYRONE SIU ?? Manifestan­tes antigubern­amentales huyen del gas lacrimógen­o que lanzó la policia durante la protesta de ayer.
REUTERS / TYRONE SIU Manifestan­tes antigubern­amentales huyen del gas lacrimógen­o que lanzó la policia durante la protesta de ayer.

Newspapers in Spanish

Newspapers from Spain