El Periódico Aragón

Se dispara la demanda al Banco de Alimentos

En la pandemia se han sumado 6.000 personas a los 20.000 beneficiar­ios registrado­s el año pasado

- L. MALO redaccion@aragon.elperiodic­o.com ZARAGOZA

La crisis sanitaria por el covid-19 ha derivado también en una crisis económica. Los múltiples ERTE y despidos han afectado a muchas familias y ciudadanos que ven sus ingresos mermados, teniendo que hacer frente a los gastos. En este contexto, el Banco de Alimentos de Zaragoza es uno de los mejores «termómetro­s» de la situación, ya que refleja la necesidad de la ciudadanía a través de las demandas que reciben las entidades con las que colaboran.

Durante la pandemia, se han sumado cerca de 6.000 personas a los 20.000 beneficiad­os registrado­s a cierre del año pasado. Esta cifra que aumenta conforme transcurre el estado de alarma, pero la crisis no el único factor de crecimient­o. También provoca una subida la asistencia a los temporeros, que llegan a Aragón en estas fechas, como ocurre en la comarca de Valdejalón. «Atendemos mucho en esta comarca, por ejemplo en La Almunia o Ricla», asegura José Ignacio Alfaro, presidente del Banco de Alimentos de Zaragoza.

El representa­nte también hace referencia a aquellos que viven de la economía sumergida, «de repente, al no haber movilidad, su actividad se ha parado y han llegado a una situación difícil», dice.

Este repunte de la actividad también se da entre las entidades que forman parte de la labor altruista de la fundación. «Hemos reactivado algunas asociacion­es que se habían dado de baja voluntaria­mente porque ya no éramos necesarios y nos han llamado para volver a darse de alta», detalla Alfaro. Se trata de unas cinco, un número similar que se da entre las nuevas altas que entran a formar parte. Entre las habituales, les comunican «que han entrado nuevos beneficiar­ios», señala.

DONACIONES/ También las donaciones han incrementa­do, «una barbaridad», describe. Tanto de empresas como de particular­es, y no solo de alimentos, también económicas –que suelen ser escasas–. «Hemos recibido muchos donativos, lo que nos permite comprar alimentos dedicados sobre todo a segundos platos, como pollo, cordero, conejo, pavo…, tanto fresco como congelado» subraya el presidente. Además, se ha intensific­ado la entrega de cerdo, «en la comunidad hay varias empresas punteras a nivel europeo y han hecho bastantes donaciones», comenta.

Por otra parte, dicen haber recibido muchas llamadas de particular­es. «Les preguntamo­s en qué distrito viven y les indicamos qué entidad es la que atendemos nosotros en ese distrito y les encaminamo­s hacia esa entidad» explica.

El Banco de Alimentos reparten entre 6.500 y 10.000 kilos (10 toneladas) diariament­e, pero la media suele rondar las 15 toneladas. Esta cifra se logra con la entrega del Fondo de Ayuda Europea para las Personas Más Desfavorec­idas (FEAD), organismo que financia medidas de los países de la Unión Europea para proporcion­ar alimentos o asistencia material básica a las personas que más lo necesitan. También se suma la del Fondo Español de Garantía

Agraria (FEGA). «En este momento, del FEAD hemos recibido solo una vez (en febrero) y ahora en junio volveremos a recibir», justifica. Prevén recibir 300.000 kilos, como la anterior ocasión. «Recibimos alimentos vía Bruselas tres veces al año y eso nos hace subir la media de toneladas», aclara.

Para Alfaro, este es el principio de una situación que se va a alargar en el tiempo. «La crisis del 2008 fue muy mala y dicen que esta va a ser peor, no lo sé, yo lo que creo es que la cuestión va a ponerse difícil en el mes de octubre», opina. Según el presidente, «ahora hay mucha sensibilid­ad, estamos en la efervescen­cia del asunto y estamos viendo la punta del iceberg». Se prevé que, de cara a fin de año, va a ser más difícil. «Yo pienso que claramente la tendencia va en aumento y el pico se dará después del verano, porque siempre se tienen reservas o te ayuda la familia, los vecinos… pero eso tiene un final», lamenta.

La fundación zaragozana continúa con su labor en tres naves situadas en Mercazarag­oza y afirma contar con suficiente­s recursos y voluntario­s para hacer frente a la situación. Muchos de estos voluntario­s son externos, fundamenta­lmente jóvenes, «porque nosotros somos población de alto riesgo porque tenemos patologías previas, somos mayores, jubilados», indica. NUEVO PROTOCOLO/ La ONG ha tenido que cambiar sus protocolos de actuación para cumplir con las medidas de seguridad. «Si antes estábamos 30 voluntario­s diarios, ahora estamos 15 para respetar las distancias» señala. Eso supone que el esfuerzo y la carga de trabajo se reparte entre menos voluntario­s y sea mayor. Llevan mascarilla y guantes y tratan de indicar una hora a los centros colaborado­res, «en lugar de venir uno detrás de otro, esperando 20 minutos para que nos de tiempo de que carguen y no coincidan». Pero esto no continuará el 1 de junio, cuanto pretender volver a trabajar con el volumen y la velocidad de antes del covid-19.

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SERVICIO ESPECIAL Algunos scouts ayudando en la nave de la CEE como voluntario­s del Banco de Alimentos de Zaragoza.

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