Sevilla teme más al calor
El aire acondicionado en el interior de los locales asegura el lleno ya en fase 2 El miedo al espacio cerrado se perdió en la 1, dicen los hosteleros
«Si no hubiera necesidad de salir después de tanto tiempo de encierro, aquí no habría nadie hoy, con el calor que hace». Al mediodía de ayer, con un sol de justicia, agentes de la Policía Local de Sevilla confirmaban que, aunque la normalidad aún no es plena, el centro de la ciudad era un hervidero de gente. Al menos en comparación con la semana pasada, cuando el calor derritió las intenciones de salir de más de uno. La ventaja es que desde ahora los bares pueden abrir el interior, con aire acondicionado, y se convierten en el codiciado oasis de todos aquellos que a estas alturas del estado de alarma temen más al calor que al virus.
La capital hispalense inauguró ayer la fase 2 de la desescalada y es la ciudad con más población de todas las que lo han hecho. El balance inicial fue del agrado de los hosteleros. Según los datos de la Asociación de Hostelería de Sevilla, apenas 950 establecimientos se decidieron a abrir en la fase 1, pero ahora son unos 3.000, de los 4.500 estimados en la ciudad, los que podrían hacerlo.
El desayuno fue la primera prueba de fuego. Nunca mejor dicho por cuanto a primera hora de la mañana ya se hacía pesado estar en la calle. María Jesús, dueña de La Canasta, una cafeteríapastelería-restaurante en la avenida junto a la catedral, apuntaba: «Pensábamos que a la gente le iba a dar todavía un poco de miedo entrar en un espacio cerrado, pero por suerte no ha sido así. Han visto que estaban las mesas muy separadas, que limpiábamos continuamente y se han animado»
A su favor juega que era de los pocos locales abiertos en esa avenida, porque la catedral es zona cero del turismo.
El escenario cambia a 400 metros, en las inmediaciones del ayuntamiento y las emblemáticas
Ambiente calles Sierpes o Tetuán, arterias comerciales donde la vida va recuperando una normalidad con mascarilla.
El lado de sombra era el más deseado, pero la gente se mostró solidaria, guardando las distancias de seguridad y sin amontonarse a la entrada de las tiendas mientras esperaba hueco de aforo. La mayor afluencia se notó, además, en los centros comerciales, que también abrieron sus puertas con normalidad con indicaciones de itinerario en el suelo para evitar choques en las zonas comunes.
Los hosteleros explicaron que el miedo se fue perdiendo a medida que avanzaba la fase 1. «Pero esperamos que ahora remonte», añadió Francisco, encargado de Bodeguita Góngora, por la atracción del aire acondicionado. Muchos restaurantes ya están llenos varios días.
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