Casi 27 años de cárcel por quemar la casa con su exmujer en su interior
Estaba durmiendo con sus dos hijos menores, según la sentencia
La Sección Primera de la Audiencia Provincial de Zaragoza ha impuesto una condena de 26 años y medio de cárcel para Manuel Ortíz López que el 17 de agosto del 2017 prendió fuego la casa de su expareja cuando esta y sus hijos estaban durmiendo. Él, durante el juicio celebrado hace dos semanas, aseguró que no fue el autor de unos hechos que pudieron haber acabado en una tragedia. De hecho, el Grupo de Homicidios de la Jefatura Superior de Policía de Aragón aseguró que todas las pruebas no solo señalaban al encausado sino que demostraban que la intencionalidad era la de matar.
Inicialmente, la Fiscalía y la acusación particular, ejercida por Laura Vela, solicitaron para el procesado una condena de entre 24 y 29 años de privación de libertad. El tribunal provincial considera que es autor de un delito de incendio, en concurso medial con un delito de homicidio, en grado de tentativa, con la concurrencia de la circunstancia agravante de actuar por razón de género. También le consideran autor de tres delitos de lesiones y otro de quebrantamiento al incumplir una orden de alejamiento impuesta por el Juzgado de Violencia sobre la Mujer número 2 de Zaragoza que le impuso tras agredir a la víctima del incendio.
El tribunal provincial considera probado que el condenado incendió la casa en la que vivía su exnovia y los dos hijos de esta, menores de edad, en agosto del 2017 a las 4.00 horas. El incendio afectó al edificio y a siete viviendas de la finca, resultando perjudicados por el fuego y por el humo varios vecinos, entre los que se encontraban tres menores.
Unos daños que derivan en una indemnización que ascienden a 143.808 euros. El procesado deberá indemnizar a su expareja con 25.077 euros por las lesiones que le causó --quemaduras en la cara y en las manos al intentar salvar a sus hijos--, por el estrés postraumático y por los daños causados en sus pertenencias, y a sus hijos de 5 y 9 años --en el momento de los hechos-- con 54.500 euros. El hijo más pequeño sufrió quemaduras de segundo grado en la mano, intoxicación por inhalación de humo y estrés postraumático –31.400 euros– y el mayor lesiones y estrés adaptativo –23.100 euros--.
Los magistrados señalan en su sentencia que ha quedado suficientemente acreditado que el incendio fue intencionado y que no fue un mero instrumento para causar la muerte de la expareja sino que puso en riesgo al resto de personas que vivían con ella. Asimismo, destacan que «de todos los testimonios escuchados durante el juicio se desprende que la relación del acusado con era de acoso y control persistente», mientras fueron pareja sentimental, y «de animadversión y maltrato frente a ella, como mujer, después, lo que denota claramente esa superioridad por razón de género con que se puede definir la actitud del acusado para con su expareja».
Relevante ha sido para condenar la investigación que hizo Homicidios del teléfono del acusado, ya que recuperaron unos mensajes que había mandado en los que decía: «La he quemado viva» y «he ido y le he echado bolas de parobal encendidas».