La marcha de Fran Vázquez
La actitud de Fran Vázquez es inaceptable, especialmente en el contexto actual, cuando una sociedad ha sido capaz de mostrar toda su solidaridad y sacrificio.
Vázquez no puede considerarse más que el celador del Clínico, la enfermera del Servet, la cajera del Hipercor, el empleado de Caja Rural, el policía local, el vigilante de Prosegur, los asistentes de residencias y, en general, todos los trabajadores de la industria y los servicios que han estado activos desde el primer día para que a las personas que debían quedarse en sus casas no les faltara nada. Qué hubiera pasado si todos ellos hubieran hecho lo mismo que Fran Vázquez. Ellos no se han escondido. No han eludido el contacto físico con los demás.
Y lo han estado haciendo cuando no existían los controles de ahora, con una climatología que dificulta el contagio y con más medios de protección que entonces. A los deportistas les han hecho test y pruebas de las que no han podido disponer ni el personal sanitario. Con controles exhaustivos y seguimiento diario.
El esfuerzo de todos nos llevará a alcanzar la normalidad. Ahora es el turno de los deportistas. Alguno ya ha manifestado claramente que es momento de devolver a la sociedad los sacrificios que ha hecho por ellos. Y así lo están haciendo, cumpliendo con el papel que les toca. Saben que no serían nada sin los aficionados. Y, entre ellos, los colectivos que se han arriesgado y puesto en riesgo a sus familias.
Afortunadamente, Fran Vázquez es la excepción. Pero no sólo ha fallado a la afición del Casademont, lo ha hecho también a sus compañeros, que le necesitan para culminar una temporada histórica, y a un club que apostó por él en el final de su carrera. Con 12:29 minutos por partido y una valoración media de 3,9 (sólo superiores a los canteranos de presencia ocasional), Fran tenía la oportunidad de dejar un buen recuerdo cuando el equipo más se juega, devolviendo al baloncesto lo mucho que le ha dado.
Ya ha manifestado su intención de seguir en el mundo del baloncesto. En un futuro, tal vez en meses, comunique que se incorpora a algún cuerpo técnico, puesto institucional o responsable de la cantera de algún equipo, como el Unicaja. Es de esperar que el compromiso que aporte sea mayor que el que ha hecho en Zaragoza.
No vale de nada salir a aplaudir al balcón si cuando nos toca a nosotros huimos de nuestra responsabilidad. Así, desde este balcón virtual, aplaudo a los deportistas que, como ha manifestado Sergio Llull, «Tenemos que hacer un esfuerzo para que la competición se reanude, que la gente en sus casas pase al menos dos horas al día olvidándose de este virus y pudiendo ver baloncesto». Eso es responsabilidad y compromiso. El de la inmensa mayoría de nuestros deportistas.