La térmica de Andorra se enciende para dar las últimas bocanadas
Producirá luz hasta el viernes con las 25.000 toneladas de carbón que le quedan El desmontaje sigue sin autorización y fecha de inicio, lo que agrava la crisis local Endesa prevé iniciar los cursos de formación a finales del mes de junio
La térmica de carbón de Andorra está a punto de dar sus últimas bocanadas de humo. La central de Endesa, puntal de una industria minero-eléctrica que a pasar a la historia en Teruel, volvió a encender ayer por la mañana uno de sus tres grupos de generación tras casi cuatro meses sin actividad. La reanudación de la actividad se hace para quemar el excedente de 25.000 toneladas de mineral que aún queda, según explicaron fuentes de la compañía, lo que dará para producir electricidad durante cinco días antes de que se produzca el cierre y la desconexión definitiva de esta instalación el próximo 30 de junio.
De esta manera, el próximo viernes será previsiblemente el último día que esté en operación tras más de 40 años de actividad (se inició en 1979). No obstante, la térmica estará a disposición de Red Eléctrica de España (REE) hasta dicha fecha de defunción, que fue marcada por la empresa en el calendario desde hace ya un año y medio. Una vez agotado el carbón y en el extraordinario caso de que el operador del sistema requiriera su puesta en marcha, la central lo haría produciendo energía con el uso de gas natural o con la importación extraordinaria de mineral. Pero este es un escenario remoto e improbable ya que solo se daría si ocurriera una situación extrema necesidad o emergencia.
Este reinicio de la producción estaba previsto el cronograma de cierre de la instalación trazado por Endesa, que tras el parón de la actividad ocurrido el pasado 13 de febrero ya advirtió que ese no era el último día en que la central echaría humo.
La clausura / oficial de la instalación, que se producirá dentro de 27 días, estuvo precedida del cierre hace un año y medio de las tres últimas minas de lignitos de Teruel, situadas en Ariño, Foz Calanda y Estercuel. Aunque la zona lleva tiempo preparándose para este momento, el adiós definitivo de
Endesa prevé iniciar a finales ▶▶ de junio los cursos para formar en Andorra a 200 personas en tareas necesarias para trabajar en las obras de desmantelamiento de la térmica de carbón, que se cerrará el próximo 30 de junio tras 4a años de actividad. Inicialmente se esperaban empezar a impartir en la segunda quincena de abril, pero no fue posible debido a la restricciones del estado de alarma del coronavirus.
Estos cursos son vistos como ▶▶ una oportunidad para los trabajadores de las subcontratas de la térmica que se han quedado sin trabajo en el último año o que lo perderán cuando acabe este mes al cerrar la central. En los pliegos de la licitación del contrato para ejecutar el desmontaje, Endesa exige que un 30% del empleo que se contrate sea ocupado por personal de la zona y prima a los aspirantes que eleven ese porcentaje hasta el 80%. la industria del carbón se produce en medio de una gran incertidumbre para la zona, sobre todo por la imposibilidad de poder acompasar el cierre de la térmica con el inicio de los trabajos para el desmantelamiento, como así preveía hacer Endesa. De esta manera, se hubiera evitado el parón económico al que está abocado ahora esta comarca turolense.
La pandemia del coronavirus no ha hecho más agravar la situación y los problemas que ya arrastraba la prometido transición justa de Andorra y su entorno. Por un lado, Endesa sigue sin recibir la autorización para el cierre y desmontaje de la térmica, un proceso administrativo complejo y farragoso que se ha visto afectado también por la suspensión de trámites que conllevó el estado de alarma. Las restricciones y el confinamiento decretados para frenar la pandemia han impedido también a Endesa iniciar en abril los cursos para formar a 200 personas en tareas necesarias para trabajar en las obras de desmantelamiento.
La puesta en marcha del convenio de transición justa promovido por el Gobierno de España para reactivar la zona, que ya de por sí acumulaba un importante retraso, también se ha ralentizado, lo complica más si cabe el futuro de Andorra a corto plazo.
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