Arranque a medio gas
La Ciudad de la Justicia de Zaragoza empezó a despertar ayer de su largo letargo, pero la actividad es todavía baja En la nueva fase, el 70% de los funcionarios se incorpora a su puesto de trabajo STOP DESAHUCIOS DA LA BIENVENIDA CON UNA PROTESTA
La Ciudad de la Justicia de Zaragoza empezó ayer a salir de su largo letargo. Y lo hizo a medio gas, no por falta de trabajo, sino porque lleva un tiempo engrasar una maquinaria tan compleja como la de la Administración judicial. Con todo, desde ayer, en torno al 70% de los funcionarios están ya de vuelta en sus puestos de trabajo.
«Lo importante es que desde hoy empiezan a correr de nuevo los plazos judiciales», señaló el letrado José María Viladés. Se mostró contento de que la vida esté volviendo a los lugares «físicos» donde se imparte justicia.
«Este tiempo de confinamiento ha habido juicios telemáticos, por videoconferencia, y he intervenido en algunos», explicó. «Y lo cierto es que resultan fríos, distantes e incluso pienso que no garantizan plenamente los derechos de las partes», continuó el abogado.
Él, como todos sus colegas, prefiere los juicios en vivo y en directo, en los que se ponen la toga, entran en la sala de vistas y ven las caras y las expresiones de los participantes en el juicio. Eso les permite modificar sobre la marcha lo que llevan preparado y adaptarse a las circunstancias.
Sin embargo, los juicios propiamente dichos tardarán todavía un tiempo, posiblemente, en llegar a los juzgados. «De momento la actividad se centra en otro tipo de actuaciones, como audiencias previas, comparecencias, notificaciones y vistodos
Zaragoza
Un grupo de personas se manifestó ayer en la Ciudad de la Justicia de Zaragoza, coincidiendo con el
tas sin testigos ni peritos», indicó José María Viladés.
Por otro lado, todavía siguen vigentes las medidas sanitarias, que obligan a los abogados a acudir a los órganos judiciales con cita previa, lo que ha originado las protestas del colectivo, que ve en estas restricciones un grave recorte de los derechos de los justiciables.
Los letrados consideran, como señala Viladés, que todas estas limitaciones perjudican al principio de inmediatez, según el cual día en que empiezan a correr los plazos, dentro de la vuelta a la normalidad, con el fin de reclamar un vivienda digna, los actos relacionados con la justicia se hacen con la presencia de las partes.
La telemática, por otro lado, ha impedido que la vida judicial quedara totalmente paralizada. Roberto Gállego, un abogado de Calatayud, considera que el programa Avantius ha resultado «una herramienta útil».
«Hace unos años, cuando la informática no se había desarrollado tanto, el coronavirus hubiera provocado el caos», opina. Pero se ha dado cuenta de que la posibilidad de realizar gestiones en línea ha agilizado dentro de lo que cabe la marcha de los procesos y, mal que bien, ha permitido que la maquinaria no se detenga.
Por eso el día de ayer marcó, en la Ciudad de la Justicia de Zaragoza, uno de los primeros pasos para volver al sistema tradicional. Todo empezó despacio, pero el rodaje ya está en marcha y es solo cuestión de tiempo que se alcance una velocidad de crucero.
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