«No supimos ver la dimensión de lo que nos esperaba»
Sira Repollés afirma que el Ejecutivo autonómico ya ha hecho acopio de material
«No he hablado nunca con Pilar Ventura (...) Sus palabras fueron desafortunadas»
«Caímos todos en el mismo error: no supimos ver la dimensión de lo que nos esperaba»
«La sentencia dice que proveamos de material, y para eso ya estamos preparados»
—¿Ha aterrizado?
—Estoy en ello. Al principio da vértigo porque yo vengo de la asistencia pura y dura, pero no querría nunca olvidar de dónde vengo.
—No es la primera vez que la han reclamado desde la administración. ¿Por qué esta vez dijo sí?
—Es verdad que me habían ofrecido cosas, pero soy muy vocacional en mi trabajo, una ginecólogo muy convencida de lo que hago y lo disfruto mucho. Cuando me llamaron en otras ocasiones, no tenía duda de que mi papel era seguir siendo ginecóloga en un mundo en el que disfrutaba. Pero se dio esta pandemia y me dio la sensación de que, ocupando un puesto en primera línea y siendo consciente de las dificultades que teníamos en ese momento los sanitarios, si me daban la oportunidad de aportar mi experiencia desde un puesto de responsabilidad, por mi vocación de servicio público no podía decir que no.
—¿Se convenció o se dejó convencer?
—Hablé con Lambán y mucha más gente. Con amigos, familia, compañeros de profesión, otros que están en esta institución y gente de confianza. No solo médicos, también enfermeras, celadores... compañeros de trabajo en suma. Todos me dijeron que tenía que estar aquí en este momento. Tenía muchas incertidumbres y me sentía inexperta en muchas facetas, pero me convencieron de que esta consejería necesitaba una persona que viniese de una primera línea como yo.
—¿Qué le pidió Lambán?
—Me dijo que necesitaba una persona de mi perfil en la consejería y que reunía las condiciones que en ese momento se necesitaban. Aunque yo nunca había estado en política.
—¿Y usted qué le pidió?
—Fue una de las firmantes de la carta en la que los sanitarios cargaban contra la anterior consejera pidiendo su dimisión. ¿Cómo se siente con eso ahora?
—Cuando firmé esa carta era un sanitario más. Entendimos que eran unas declaraciones desafortunadas, pero yo en ningún momento podía haber previsto que mi vida iba a dar ese vuelco en tres días. Me uní a mis compañeros en esa reclamación sin tener ningún tipo de pretensión.
—¿Qué fue lo que más le molestó de aquellas palabras de la anterior consejera en las que consideraba que era un estímulo para los sanitarios fabricar sus propios equipos de protección?
—Fueron desafortunadas. Nosotros teníamos una sensación de desprotección y había una situación que teníamos que solucionar sin dejar nuestro trabajo en ningún momento. Hubo un conjunto de cosas que nos molestaron, pero estoy convencida de que no se hizo con desprecio ni mala intención. Fue un falta de consideración, vamos a decirlo así.
—¿Ha hablado con Pilar Ventura después del relevo?
—¿Su nombramiento ha sido bien acogido entre los profesionales?
—Me consta que sí. Creo que ha sido porque soy una persona que llega de ese campo. Quizá también por mi carácter empático. Me gusta mucho dialogar, escuchar... Soy rocera, soy de pueblo, de Caspe. Me gusta mucho la gente de mi pueblo y de mi tierra y me gusta mucho tocarlos y abrazarlos, que es lo que peor llevo en estas circunstancias.
—¿Cree que un consejero de Sanidad siempre debería provenir del sector?
—Sí. Estás tratando con los proveedores de la salud. La primera línea es muy importante porque todo el sistema está dirigido al ciudadano, ahí pilota todo el sistema. Haber estado ahí te permite saber qué es lo que necesita el paciente, el médico, el personal... Conozco las necesidades básicas, la esencia del sistema sanitario, que es cuidar a las personas.
—Cuando juró el cargo tendió la mano a los profesionales. ¿Había faltado diálogo antes?
—Es lo que había vivido y lo que me habían transmitido. He tendido la mano a todo el mundo, es fundamental escuchar y aprender. No es que sintiéramos que no nos tenían en cuenta a la hora de tomar decisiones, sino que probablemente había faltado compromiso, falta de escuchar.
—¿Qué se debió hacer mejor?
—Caímos todos en el mismo error: no supimos ver la dimensión de lo que nos esperaba. La enfermedad nos llevaba la delantera y era absolutamente desconocida. A toro pasado es fácil decir lo que podíamos haber hecho. A lo mejor nos faltó sinceridad, transparencia y explicar las cosas tal y como estaban. Era un periodo de mucha confusión y cualquier noticia se podía entender en otro sentido, desde las mascarillas defectuosas hasta la falta de métodos de protección. Si algo pudo fallar fue un poco de empatía, de conocimiento, de saber escuchar.
—¿Qué es lo que no se puede volver a repetir?
—No nos puede pillar una segunda oleada sin estar preparados, pero para eso nos hemos tenido que emplear a fondo desde el primer día. Uno de los indicadores que nos piden para pasar de fase es tener reservas estratégicas suficientes para afrontar una segunda pandemia de las mismas características en condiciones de seguridad. Eso está garantizado. No solo tenemos provisiones de material sino que estamos garantizando suministradores estables de productos, preferentemente de industrias aragonesas. Algunas empresas se han reconvertido . También tenemos una reserva estratégica de respiradores y aparatos de diagnóstico. Y tenemos un hospital de 400 camas en la Feria preparado para funcionar en cinco días.
—¿Se podrá abastecer Aragón?
—No. La capacidad de fabricación de las empresas aragonesas no da para las necesidades que puede tener. Hay que tener un estoc de todo y mantenido y recurrir a los mercados internacionales.
—Se ha hablado mucho de la gratificación que planteó a los sanitarios y no a todos les ha parecido bien. ¿Cómo la quiere hacer?
—Cuando se habla de gratificación, se entiende que es económica. Utilicé ese término porque fue con el que se dirigió a mí el señor Morón en las Cortes. Pero no es tanto una gratificación lo que necesitamos, sino un reconocimiento de prestigio social, mejora en las condiciones de trabajo y salida a nuestras necesidades.
—El reconocimiento ciudadano sí lo han tenido. Y muy grande.
—Por supuestísimo. Y ese reconocimiento es recíproco y nos hacía llorar (se emociona) cada día a las ocho de la tarde. El comportamiento de toda la población ha sido tan ejemplar, con pacientes, fa
miliares, policías, bomberos... La reacción sacó lo mejor de todos nosotros (sigue hablando mientras le caen las lágrimas), jamás habríamos pensado que nuestra profesión podía estar tan reconocida. Cuando te dedicas a esto es por vocación y los pacientes son lo primero para ti, así que ese reconocimiento nos llegó muy dentro (se entrecorta pero no para). Nos sentimos muy agradecidos a todos los aragoneses por la actitud que han tenido. Cuando digo todos es todos. Lo que hemos vivido aquí es muy distinto a lo que se ha visto en otras comunidades. Me siento muy orgullosa de ser aragonesa y médico, de pertenecer a esta región.
—¿Se ha planteado acometer cambios en el organigrama?
—Sí. Me bullen las ideas y cuando estás aquí aún más porque ves potencialidades importantes, cosas que se pueden mejorar. Es difícil abordar cambios estructurales, pero si tengo posibilidad lo haré.
—¿Qué podrían aportar si llega la segunda oleada?
—Tenemos desarrollados los sistemas de información para volcado de datos en tiempo real y actuación rápida, tanto en la población general como en poblaciones de alto riesgo. Hemos evolucionado en tiempo récord y tenemos preparados sistemas de información interrelacionados de tal forma que seremos capaces de detectar un caso y hacerle un seguimiento en cualquier límite de Aragón. Esta evolución tan brutal es la que nos ha permitido plantearnos otro tipo de medicina más virtual, la telemedicina.
—¿Qué opina de la sentencia que ha condenado al Gobierno de Aragón por no suministrar equipos de protección sanitarios en el inicio de la crisis?
—No es una sentencia firme porque hemos recurrido e imagino que no será la última. Todo es interpretable. Yo no considero que esta circunstancia se pudiera prever o evitar, más bien lo contrario, que era imprevisible e inevitable. Lamento profundamente que los sanitarios no pudiésemos tener los materiales de protección que necesitábamos, pero es algo que sucedió en todas las comunidades y países. No quiero interpretar la sentencia, pero lo que dice es que proveamos de material a nuestros sanitarios, algo para lo que ya estamos preparados.