Los males de la lengua

Apesar de que la lengua, que parece que está protegida por una muralla: los dientes, y por un muro: los labios, a más de una persona se le escapan, y de ella salen blasfemias, murmuración, defiende lo inmoral y poco ético, salen de ella mentiras, falsos juramentos, difamaciones, adulaciones, maldiciones, injurias, porfías, burlas a los hombres honrados, salen malos consejos, chismorreos, jactancias, revela secretos, salen amenazas, promesas imprudentes, chocarrerías…

Y de todo esto y más que leemos, oímos y vemos, podemos decir (con el antiguo personaje, Alonso el Sabio: «Ca bien assi como el cantaro quebrado se conoce poe su sueno, atrosi el seso del ome es conocido por la palabra». Antiguamente algunos creían esta leyenda: que había áspides que, para no oír la música de la flauta del encantador de serpientes, ponían un oído en el suelo y con la cola se tapaban el otro oído. Algo tendremos que hacer los humanos con sentido común para no oír, leer, ver, tanta porquería y barbaridades que los medios técnicos, Internet, móviles, y cierta prensa… Pues, tal vez hacer lo que dice el dicho popular: «no hay mayor desprecio que el no hacer aprecio».