Un ‘linyera’ en el cabaret

DISCOS

El oasis del argentino Melingo, ese trovador urbano que transita la senda de las pasiones, es un cabaret portuario en el que confluyen músicas de diferentes mares, cantos de navegantes, ritmos en tiempo de aguardiente y melodías barriales. Oasis (ahora resaltado con cursiva) es el título del nuevo disco de Melingo, un gozoso artefacto sonoro que cierra la trilogía abierta con Linyera (2014) y continuada con Anda (2016), y que dará argumento a una ópera cuyo estreno está (o estaba) previsto para 2021. De alguna forma en los tres álbumes están guiados por la figura del linyera, apelativo que en lunfardo remite a un vagabundo que se sitúa voluntariamente en los márgenes.

Y para armar este Oasis Melingo echa mano de textos ajenos y de registros propios, de caminos ya transitados y de carreteras de sueños. Así, comparte charla y paseo con el italiano Vinicio Capossela y su pasión por el rebetiko griego (Capossela registró hace unos

años el disco Rebetiko Gymnastas), y blues con Andrés Calamaro. Además, Enrique Symns, Félix Melingo Torre, Miguel Zabaleta, Stefanie Ringes, Pepa, María Celeste Torre y La Típica Melingo entran el resto de un repertorio en el que los códigos del tango, del rock y de la electrónica se confunden para mayor gloria de una Babel donde los lenguajes diferentes no son el problema sino la solución. Oasis es la modernidad que parte de la tradición.

Melingo es la libertad y el arrebato, un virus, un traficante de emociones, un soñador de olas, un marinero en tierra, un golfante sin fronteras al que a veces gusta tumbarse bajo una palmera a contemplar las estrellas. Y Oasis es el final de un viaje apasionante, pero también el mapa que prepara la próxima partida. Melingo, un Homero en el arrabal dando vida al Ulises de una odisea que no tiene fin.

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