La aragonesa ELT acude al concurso para garantizar su viabilidad futura
La firma presentará un ERE de extinción para 91 de sus 151 trabajadores La empresa confía en salir en dos años del procedimiento concursal
Más de 40 años después de su nacimiento, la empresa aragonesa ELT (Especialidades Luminotécnicas SAU) se ha visto obligada a afrontar sin paños calientes su «refundación». El objetivo no es otro que garantizar la viabilidad futura de la firma ubicada en el polígono Malpica y para ello deberá hacer sacrificios. De hecho, su plan de viabilidad incluye la presentación del concurso de acreedores (el trámite se realizará hoy mismo en el Juzgado de lo Mercantil número uno de Zaragoza) y un ERE de extinción de contratos para 91 de sus 151 trabajadores.
El fabricante de sistemas de iluminación de capital 100% aragonés ha tomado esta dura decisión para evitar males mayores después de que su facturación no hay dejado de caer en los últimos años: en el 2014 su cifra de negocio rondaba los 40 millones de euros, bajó a los 30 millones en el 2017, a los 21 en el 2018 y a los 16 en el 2019. Este desplome se debe sobre todo a la competencia asiática, intensificada en los últimos años, pero también al endurecimiento de la nueva normativa europea, que obliga a suprimir todos los componentes de mercurio y elementos pesados, y a algunos «errores de gestión» por parte de la dirección que estaba al frente de la compañía hace unos años.
La actual directiva está convencida de que esta es la única solución posible a la crisis que sufre desde hace algunos años y confía en salir adelante con este procedimiento legal. Sus números así lo avalan. Con un pasivo de solo cinco millones de euros y unos activos de 17, sus cifras están muy alejadas de las de otros concursos presentados recientemente en la comunidad. Además, tampoco tiene contraídas deudas con Hacienda o la Seguridad Social y sus trabajadores están al corriente de pago. «Es una empresa muy saneada, pero con la carga de trabajo actual no puede mantener ese exceso de plantilla», indica Leandro Martínez-Zurita, abogado de la compañía.
Para poder afrontar este plan de viabilidad la empresa ha conseguido dos préstamos ICO que van a funcionar a modo de gasolina, ya que permitirán pagar a los trabajadores que se queden y hacer frente a otras obligaciones. Estos créditos son los únicos que tiene la firma porque hasta ahora se financiaba con fondos propios. Con todos estos mimbres, la empresa confía en poder salir del concurso de acreedores en el plazo de dos años.
Sin duda, lo más doloroso de este proceso que está a punto de comenzar son los trabajadores que se van a quedar por el camino, la mayoría de ellos con antigüedades «de entre 15 y 18 años». Si todo va como se espera, los 91 empleados afectados por el ERE estarán cobrando el desempleo en solo unos meses, mientras que el pago de sus indemnizaciones se prevé realizar en un plazo de dos años. «Sabemos que es traumático, pero para refundar la compañía tenemos que poner el cuentakilómetros a cero, no hay otra opción», apunta el director general de ELT, Ferrán Pahissa.
Hace ya dos años que la actual directiva reorientó la estrategia de la compañía centrándose en el desarrollo de sistemas de telegestión de las luminarias. «Está diseñado por nosotros y nos aporta un valor añadido porque con él los técnicos de cualquier ayuntamiento pueden controlar la iluminación de toda una localidad», explica Pahissa, que destaca que estos nuevos sistemas confirman la apuesta de la empresa por la innovación.
Aunque ahora / está poniendo el foco en la venta de soluciones completas potenciando esa gestión de la iluminación y centrándose en los sistemas LED, la firma no se olvida de la tecnología magnética, ya que en los países árabes, en África y en Sudamérica la siguen demandando. De hecho, esta tecnología aún representa el 50% de su facturación. «Vamos a seguir fabricando todo tipo de componentes de iluminación, aunque queremos apostar mucho por esos sistemas de telegestión», insiste Pahissa, que confía en el futuro: «Tenemos pedidos para los dos próximos meses».
El concurso de acreedores afectará a unos 200 proveedores que en total suman unas deudas pendientes de 2,4 millones de euros. La firma espera tener acordado el convenio con los acreedores antes de Navidad. Por su parte, el montante de las indemnizaciones a los trabajadores ronda los tres millones de euros.
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