Fiscalía rebaja a 8 años la pena para el pistolero de Épila
La Fiscalía Provincial de Zaragoza decidió rebajar a ocho años y medio de prisión la condena inicial de 16 que solicitaba para Francisco G. E., el vecino de Illueca que el 28 de septiembre del 2018 se desplazó hasta Épila y estuvo a punto de matar a un familiar de dos disparos y de morir también él, puesto que fue atropellado por el hombre al que tiroteó previamente.
El ministerio público tuvo en cuenta el informe realizado por los forenses del Instituto de Medicina Legal de Aragón que consideraron que este hombre sufre un trastorno de personalidad que le afecta en el control de los impulsos. No obstante, la fiscala no tiene ninguna duda de que lo ocurrido aquel día «fue una tentativa de asesinato gracias al volante que sirvió de escudo y que hubo alevosía porque el ataque fue sorpresivo». «No hubo una discusión previa, este hombre estaba apostado esperándole y le efectuó dos disparos mientras estaba estacionado con el coche en marcha»,
Los forenses apreciaron un transtorno que le impide controlar sus impulsos
recalcó la representante de la acusación. «Es un caso claro de buena suerte puesto que el objetivo de los disparos podría estar muerto», reconoció. De ahí que haya considerado que este hombre debe ser condenado por un delito de tentativa de asesinato y otro de tenencia ilícita de armas, «aunque no se haya encontrado la pistola empleada, puesto que es evidente que hubo un tiroteo y que esta persona no tiene licencia».
La defensa, ejercida por el abogado Javier Elía, insistió en la teoría de que fue una tentativa de homicidio puesto que consideró que el tiroteo fue la respuesta al atropello. De ahí que haya propuesto a la Audiencia Provincial de Zaragoza que su patrocinado sea condenado a 3 años por ese delito y otro año más por la tenencia ilícita de armas. Siempre entiendiendo que se le debe aplicar la atenuante de trastorno mental. No obstante, si el tribunal no aceptara su propuesta, el letrado se mostró conforme con la pena de Fiscalía de ocho años y medio. En su última palabra el acusado pidió perdón a la víctima.
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