El Pirineo, el gran beneficiado de que no haya Pilar 2020
El valle de Benasque roza el lleno como destino saludable Las segundas residencias tirarán de la demanda en la montaña
La ocupación hotelera y, en general la afluencia a las zonas turísticas de Aragón, va a ser elevada durante el puente del Pilar, con casos de un cien por cien de plazas reservadas, como Teruel capital, y de un lleno casi total en el valle de Benasque.
Las no fiestas de Zaragoza, subrayan las asociaciones de hoteleros, harán que un gran número de zaragozanos se disperse por el territorio de la comunidad, desde la sierra de Albarracín al valle del Aragón y las altas Cinco Villas.
Pero no todos los lugares se beneficiarán en igual medida. Si Jaca y su entorno confían en la clientela de segundas residencias, en el valle de Tena señalaron que «el confinamiento de Madrid había hecho descender la ocupación a un 50%, cuando lo normal por estas fechas era un 80%», según Sandra Lecina, de la entidad que agrupa a los negocios turísticos del Alto Gállego. Sin embargo, se trata de un dato volátil, pues el fallo judicial contrario al cierre de la capital de España el pasado jueves ha hecho de nuevo reavivarse las peticiones de reserva de personas residentes en la Comunidad de Madrid.
TIEMPO AGRADABLE «Las no fiestas de Zaragoza va a animar Teruel de un extremo a otro», subraya Juan Ciércoles, presidente de la CEOE en la provincia. «Teruel es la gran desconocida para los zaragozanos y ahora llegan unos días en los que seguro que muchos se lanzan a visitar sitios en los que nunca han estado», augura.
De momento, en el sur de la comunidad aragonesa, entre el valle del Jiloca y el Maestrazgo, la ocupación se mueve entre un 60% y un 65%, menos que en la capital. Pero las cosas pueden cambiar pues el pasado jueves fue festivo en la Comunidad Valenciana y las tres provincias del Levante mediterráneo son fieles visitantes de las serranías turolenses.
Pero no solo de esa zona próxima al litoral, sino del conjunto de Aragón, donde ven las inmensas posibilidades que ofrece la montaña. De hecho, en el valle de Benasque indican que el visitante valenciano está compensando la inicial disminución de madrileños, según aprecia José Luis Ciria, que preside la entidad de los hoteleros de esa zona de la Ribagorza. «Al principio hubo anulaciones de Madrid, pero por otro lado Zaragoza y otros mercados nuestros, como Valencia y Cataluña, están fuertes», afirma el empresario.
En el valle del Aragón saben que va a haber movimiento. «Tenemos mucha esperanza puesta en las segundas residencias», apunta Luis Terrén, alcalde de Villanúa. «El tiempo va a acompañar y, como ha llovido últimamente, es buena época para coger las primeras setas», explica.
En efecto, así como las predicciones dan viento para el valle del Ebro, en Jaca y su comarca todo indica que bajarán las temperaturas pero que lucirá el sol y no hará aire, lo que significa que la sensación térmica será agradable.
El sector turístico del Pirineo ve las fiestas del Pilar como la última gran oportunidad antes de que la zona entre en un periodo tranquilo, solo interrumpido por Todos lo Santos, antes de la apertura de las estaciones de esquí.
Noviembre es la temporada baja de esa zona del noroeste de
Huesca, en particular si la nieve se retrasa, de forma que tras el día de las ánimas la ocupación decaerá hasta el superpuente de la Constitución y la Inmaculada, que suele ser de lleno total siempre y cuando haya un mínimo de nieve en las pistas de esquí de Candanchú, Astún, Formigal y Panticosa.
En este sentido, muchos hoteleros del Pirineo oscense consideran que las montañas van a volver a ser de nuevo, tras un verano de avalanchas de excursionistas, el gran foco de atracción de familias y grupos de amigos residentes en ciudades que no quieren desperdiciar unos momentos de asueto en unos tiempos en que no está asegurado que no vaya a haber un nuevo confinamiento, a la vista del aumento de casos positivos de coronavirus. «El verano pasado vino muchísima gente y lo que observamos es que el cumplimiento de las normas de higiene sanitaria, como llevar la mascarilla puesta, era generalizado», observa Luis Terrén. Y precisa que la montaña, por la época del año que es, todavía permite realizar excursiones.
En cualquier caso, todas las localidades han preparado actividades y formas de ocio que inviten a participar en un ambiente de seguridad sanitaria. En el caso de Villanúa, se ofrecen las grutas de las
Brujas y el ecoparque El Juncaral, que presenta un recorrido por un pinar en las cercanías del río Aragón.
ENTRE DOS ESTACIONES No obstante, no toda la oferta está abierta. Hay establecimientos hoteleros que, tras el término del verano, han cerrado sus instalaciones para hacer reformas. De ahí que sea clave la llegada de las personas que poseen segundas residencias en lugares como Jaca, Castiello, Villanúa, Biescas y Sallent, por citar los puntos más concurridos.
En Benasque, por otro lado, coincidiendo con el puente del Pilar, se ha organizado una feria de artesanía que, el lunes día 12 incluirá una demostración con perros pastores de ganado, según informan en la oficina de turismo de la localidad. «Este puente viene a ser aquí el final de la temporada de verano», explica José Luis Ciria, que regenta un hotel en esa zona de la Ribagorza y que asegura que la gran afluencia de turistas el pasado verano «salvó los puestos de trabajo». Se mostró confiado en que la nieve, si cae de forma temprana, permita que el periodo entre estaciones altas sea lo más breve posible.
Las buenas previsiones para el Pirineo también se ven confirmadas en las agencias de viaje, que han detectado «un gran movimiento dentro de la propia comunidad», en palabras de Jorge Moncada, responsable de la agencia de viajes Área y presidente de la Asociación de Agencias de Viajes de Aragón. La causa directa de este comportamiento es el miedo todavía existente, en gran parte de los aragoneses, a viajar a otras partes de España y del extranjero donde pueda haber contagios de coronavirus.
El Pirineo, en este sentido, siempre ha sido un destino clásico en la festividad del Pilar, máxime un año en que miles de familias se van a encontrar con que en Zaragoza no hay ni un solo acto lúdico programado y con unas celebraciones virtuales que son un mero sucedáneo de los grandes acontecimientos festivos, desde los conciertos multitudinarios a la Ofrenda de Flores. En cambio, en esta época del año, lejos ya de los grandes calores estivales, la montaña, ya sea en el Pirineo o en Teruel, guarda muchas sorpresas para quienes las visitan provistos de una mochila.
Esto hace que, nuevamente, las viviendas de turismo rural sean vistas por muchos como un destino seguro, y de hecho las reservas presentan unos niveles altos. «La verdad es que hay un ambiente optimista, se espera mucha gente», afirma una hostelera de Jaca, una ciudad que basa su economía en la periódica llegada de gran número de turistas y propietarios de segundas residencias.