Desplazamientos aéreos a Lisboa y Roma
apunta la demanda. Y uno de los lugares más solicitados esta temporada es las Canarias, un archipiélago que si bien empezó teniendo unos casos de coronavirus en un hotel, al principio de la pandemia, luego se ha revelado como un lugar en el que la enfermedad ha tenido un incidencia mucho más pequeña que en el resto de España.
Sin embargo, precisa Jorge Moncada, la demanda para las Canarias, ya sea Tenerife, Hierro o Gran Canaria, se produce al margen de la semana festiva del Pilar. «Mucha gente pregunta por esos destinos y lo cierto es que se están vendiendo bien», agrega. Y como el coronavirus ha limitado incluso las visitas a las agencias de viajes, Moncada recomienda surfear en internet y visitar la página web desdezaragoza.es, en la que se ofrecen todas las posibilidades de viajar con salida en la capital del Ebro.
En la misma se exponen los lugares alcanzables desde la capital aragonesa, con una oferta desglosada por categorías de hoteles y precios, de forma que existe un amplio abanico en el que elegir. Pero no solo en avión viajan los aragoneses. Estos Pilares, de hecho, se están vendiendo muchos billetes para el tren de alta velocidad AVE desde la estación de Zaragoza-Delicias.
Así, Sevilla y Málaga, se presentan como dos ciudades a las que viajan numerosas personas, primero porque el viaje dura entre cinco y seis horas y segundo porque ofrecen una garantía de buen tiempo en época de otoño. Nuevamente, el hecho de que Andalucía presente tasas de infección de covid-19 inferiores a otras comunidades de España está actuando a favor de los desplazamientos a ambos lugares de Andalucía. Asimismo, Moncada ha detectado que se produce una gran demanda de viajes a Valencia, pero estos en vehículo particular. «La carretera es muy buena, la distancia no es excesiva y la ciudad mediterránea tiene lugares muy solicitados, como el Oceanográfico», explica el especialista en turismo.
De hecho, las agencias de viajes han constatado un interés crecientes por destinos relativamente cercanos. Hasta el punto de que lugares como Valencia o Bilbao sean objeto de un viaje en el día, un fenómeno que ha ido a más a medida que avanzaba la construcción de la red de autovías. Desde el punto de vista del sector hotelero, se trata de un tipo de turismo que no genera tantos beneficios como el de los viajes de mayor duración, que entrañan la reserva de habitaciones en hoteles, cámpines y otras formas de alojamiento.
Pero, indudablemente, es un fenómeno en alza. Cuanta menor es la distancia, mayor es su impacto. Algo que se puede observar en los viajes al Pirineo desde Zaragoza, en los que un número creciente de visitantes no pernocta en la zona sino que regresa a su casa.
No obstante, el sector de las agencias de viajes está pasando por un momento, sobre todo a raíz de la supresión de los viajes del Imserso, que movilizaban cada año a millones de personas mayores y permitían salvar la temporada baja o los periodos de entretiempo a los hoteles, generalmente en localidades costeras de España. «La cancelación de estos viajes ha sido un doble golpe, por un lado económico y por otro moral», lamenta Moncada. Se priva de la oportunidad de viajar a una parte importante de la población española y se daña a un sector que, como el turístico, es un puntal de la economía en todas las comunidades, incluso de las más diversificadas, como puedan ser Cataluña y Valencia, y n o exclusivamente de las volcadas en el sector servicios, como es el caso de Baleares y las islas Canarias.