Los humos ya no se llevan
Aragón registra cada año más matriculaciones de vehículos eléctricos y la red de puntos de carga no para de crecer Los usuarios aseguran que ahorran dinero y que las sensaciones al volante son mucho mejores
«Cuando haces un viaje largo tienes que planificarlo más. Paro media hora cada dos horas», explica
La electromovilidad gana adeptos en Aragón. En septiembre del 2020 se registraron 79 matriculaciones de vehículos electrificados, lo que supone un crecimiento importante con respecto al mismo mes del año anterior. Entonces hubo 17 matriculaciones de este tipo de eléctricos. En total, en lo que llevamos de año los aragoneses han comprado un total de 324 de estos coches, un 121% más que el año anterior, cuando a estas alturas había 146 nuevos.
Asimismo, Aragón fue en el primer trimestre la segunda mejor comunidad autónoma española en lo que a puntos de recarga se refiere según un barómetro del portal Electromovilidad. Todos estos factores, así como el abaratamiento de los coches eléctricos, está haciendo que cada vez más aragoneses se decidan por ellos. Aseguran que es viable viajar grandes distancias sin preocuparse por conseguir un enchufe.
Fernando Escribano reside en Zaragoza y tiene un Tesla Model 3 desde marzo del año pasado. El fabricante americano es, sin duda, el rey del sector eléctrico y el objeto de deseo de muchos fans de este tipo de coches. Y Escribano asegura que, una vez lo probó, no quiso volver a tener un coche de combustión. «Sentí que me habían estado engañando durante toda la vida», ríe.
Este maño de origen soriano es comercial y semanalmente hace 3.500 kilómetros con su coche. Tener un eléctrico nunca le ha limitado, explica, y por el contrario el ahorro económico es considerable. Antes tenía un híbrido enchufable, «pero no dejaba de gastar 70 u 80 euros a la semana». «Ahora, el gasto, en comparación, es irrisorio y dependiendo de tu planificación puede ser cero. Cuando hago paradas intermedias aprovecho para cargar el coche en los párkings con puntos de recarga. Hasta hace poco casi todos eran gratis también», cuenta. Asimismo, la mecánica de estos coches es más sencilla: «En 60.000 kilómetros no he pasado por el taller», afirma Escribano.
Su Tesla dispone de una batería de largo alcance con 500 kilómetros de autonomía. En casa, hasta hace dos meses, lo cargaba en un enchufe normal y corriente en un garaje comunitario y lo hacía a una velocidad de 18 kilómetros la hora. Ahora ha instalado una toma cetac de 32 amperios y carga a 30 kilómetros por hora. Si bien, en un cargador rápido de los que pueden encontrarse en las estaciones de servicio, «en lo que tardas en tomarte un café has ganado 140 kilómetros», cuenta Escribano.
Por su parte, Daniel Zaera no tiene un Tesla, (aunque quiere comprarse uno de aquí a unos años) pero dispone de dos eléctricos. Un BMW i3 que tiene un motor de gasolina pequeño que se encarga de generar electricidad para la batería y un Nissan Leaf nuevo, uno de los coches con cero emisiones más vendidos. Vive en Alcorisa y trabaja en Zaragoza y los 250 kilómetros de autonomía de su coche no le suponen una barrera. «Trabajo por turnos de 24 horas por lo que tengo tiempo de cargar el coche en el trabajo», explica.
En la zona, últimamente, se han instalado cargadores eléctricos en muchos pueblos: Andorra, Utrillas, Híjar, Calanda… «Hay una aplicación, Electromaps, que te dice donde está el más cercano. Un eléctrico el único inconveniente que tiene, además del precio, es ese. Cuando haces un viaje lo tienes que planificar más. Sabes que cada dos horas, en mi caso y con mi coche, tienes que hacer una parada de una media hora. Pero puedes llegar a cualquier sitio», dice Zaera. En su caso, además, tiene placas solares en casa, por lo que la electricidad le sale casi gratis. Y los descuentos gubernamentales y de las marcas para adquirir un coche así pueden llegar a los 6.500 euros.
Pero no todo son coches. Las motos eléctricas también están al alza. Así lo atestigua Miguel Zarzuela, oscense de nacimiento, aunque ahora resida en Zaragoza. «Tenía una moto de 125 centímetros cúbicos de gasolina y en la vida de todo motero llega un momento en el que tienes que aumentar de cilindrada. En 2016 probé una eléctrica y con ella me quedé. La que tengo equivale a una moto de 600 cc, pero la aceleración que tiene una eléctrica es muy difícil de conseguir en una de gasolina», cuenta.
Admite que alguna broma le han hecho por aquello de ser motero y no ir rugiendo por la carretera, pero relata que es «un lujo» ir por las carreteras del Pirineo en silencio y con las sensaciones que permite sentir una eléctrica. Cuando se compró la moto vivía en Huesca y trabajaba en Zaragoza, por lo que se aseguró de poder llegar sin paradas intermedias. «En autovía puedo hacer unos 120 kilómetros y por carretera 200, pero el ahorro es considerable. De 7 euros cada 100 kilómetros que gastaba ahora gasto apenas 1 euro», explica Zarzuela.
Tanto él como Zaera y Escribano pertenecen a la Asociación de Usuarios de Coches Eléctricos, un club de fans de la electromovilidad que no para de crecer. =