Trump reaparece en público pese a las dudas de su salud
El dirigente se dirige a cientos de invitados no distanciados en un acto al aire libre La próxima semana ya celebrará mítines en Florida, Iowa y Pensilvania
Donald Trump nunca ha dejado de estar en campaña. Incluso cuando su contagio de coronavirus le obligó a pasar tres noches ingresado en el hospital y le confinó desde el lunes en la Casa Blanca, aprovechó para estar constantemente presente: con una frenética y errática actividad en Twitter, con cinco entrevistas a medios conservadores en 48 horas, con declaraciones tan grandiosas como cuestionables. No era, en cualquier caso, ni su forma favorita ni suficiente para él, menos cuando las encuestas siguen mostrándole en desventaja frente al demócrata Joe Biden a 24 días de las elecciones del 3 de noviembre. Y ayer, pese a interrogantes aún abiertos sobre su estado de salud y su estatus infeccioso, Trump participó en un acto al aire libre ante centenares de personas en la Casa Blanca.
En vez de en la Rosaleda donde se celebró hace dos semanas la presentación de la nominada para el Supremo Amy Coney Barrett que el doctor Anthony Fauci ha definido como «evento supercontagiador», esta vez se usó usado la más amplia Pradera Sur para reunir a algo menos de medio millar de personas. La Casa Blanca esta vez «animó» a los asistentes a llevar mascarilla en una reunión donde no se respetó la distancia social. A los asistentes se les tomó la temperatura y se les hizo un breve cuestionario al entrar pero no les realizaron pruebas. Y sigue sin darse información oficial sobre cuándo fue la última vez que Trump dio negativo en un test, un dato que clarificaría si ha superado los 10 días en que se estima que un contagiado de covid-19 puede volver a rodearse de gente con seguridad.
Biden criticaba el acto como «temerario» y portavoces de la Casa Blanca defendían su seguridad. Aseguraban también que era un acto oficial y no de campaña (lo que sería ilegal) pero Trump abría su intervención llamando a no votar a los demócratas y combinando los ataques a la «izquierda radical». «Nuestros oponentes destrozarán la recuperación [económica] con cierres no científicos», dijo. Esos son dos de los temas que hizo centrales en su campaña antes de que las revelaciones sobre sus impuestos, su bochornosa actuación en el primer debate con Biden y su contagio le quitaran el control de los focos.
El de ayer es solo un aperitivo del plan de Trump de volver a protagonizar actos multitudinarios, pese a que en un país donde el covid-19 ya ha dejado casi 214.000 muertos y 7,7 millones de contagiados el virus sigue propagándose y los casos están subiendo de forma alarmante a niveles que no se veían desde agosto. Mañana tiene organizado un mitin en Florida (en Sanford, donde en el 2012 fue asesinado el adolescente negro Trayvon Martin por un hombre autoerigido en vigilante que fue exonerado).
Son señales de la ansiedad de Trump por volver al terreno e intensificar su personalista estrategia, especialmente ahora que ha perdido la oportunidad de hablar a todos los estadounidenses en uno de los dos debates que le quedaban con Biden. La comisión independiente que organiza esos duelos anunció el viernes que suspendía definitivamente el del día 15 en Miami después de que el republicano se negara a aceptar la alternativa del formato virtual . Solo se mantiene en la agenda el del día 22 en la localidad de Nashville (Tennessee).
El equipo de Trump busca algo que permita resetear una carrera cada vez más cuesta arriba en unas elecciones en las que ya han emitido sus votos más de nueve millones de estadounidenses. La esperanza de estrategas resta en las vistas de confirmación de la jueza Coney Barrett, que arrancan el lunes, y en las negociaciones de otro paquete de estímulo. Pese a las declaraciones optimistas del presidente, no tienen demasiadas opciones de llegar a buen puerto y la propuesta de la Casa Blanca la rechazan los demócratas y algunos dirigentes republicanos.