El teletrabajo abona el uso de programas que espían
Se dispara en España la venta de ‘software’ de control Hay ‘apps’ que hacen capturas de pantalla y las mandan al jefe
Teletrabajas desde casa, pero eso no significa que tu jefe no pueda saber lo qué estás haciendo. La pandemia del covid-19 ha acelerado el trabajo a distancia, las empresas y los trabajadores se adaptan a marchas forzadas a este nuevo modelo de organización y, como en todo cambio, surgen terceros dispuestos a sacar tajada. Los programas espía que ofrecen a los empresarios una mirilla virtual para ver qué están haciendo sus empleados durante la jornada laboral se han multiplicado en las últimas semanas. Muchas de ellas vulneran de manera clara el derecho a la privacidad de los empleados y las patronales alertan no solo de los riesgos legales, sino de las consecuencias negativas que el uso de estas técnicas pueden tener sobre la productividad de la plantilla.
Aunque parezca distópico, estos software son fáciles de encontrar en el mercado. Hay distintas variedades, menos o más invasivas, pero todas prometen controlar al empleado para impulsar la productividad y evitar usos indebidos de información. La mayoría de estos sistemas, como ManicTime o WorkMeter, sirven para detectar durante qué horas el trabajador es productivo mediante un control y registro de la jornada laboral.
Otros programas dicen configurar los sitios web a los que los empleados no pueden entrar, capando el acceso a ciertas páginas para limitar así que hagan algo que no sea trabajar. También registran qué palabras exactas se buscan en los motores de búsqueda para penalizar todo aquello que no esté vinculado con el trabajo. Otros van más allá y realizan capturas de pantalla del monitor del trabajador que mandan a sus superiores.
La aprobación de la nueva ley del teletrabajo todavía es muy reciente como para que su aplicación esté generando conflictos laborales en las empresas. No obstante algunas compañías están introduciendo mecanismos de control más estrictos,. Algunas, por ejemplo, realizan capturas de pantallas constantes que registran lo que está haciendo el empleado o geolocalizarlo cuando ese software se instala en un teléfono de empresa, como hace la app Hubstaff.
La mayoría de empresas que ofrecen estos servicios insisten en la desconfianza hacia los trabajadores, remarcando que con su sistema se puede vigilar que estos, al teletrabajar, no aprovechen para vender información confidencial de la compañía a terceros.
En cuanto a la legalidad, espiar a los empleados es legal en los portátiles de la compañía, pero pide que se informe a los trabajadores y se les haga firmar un documento que confirme que están de acuerdo, pues el «programa espía» «funciona de manera completamente invisible» para los trabajadores.