El Periódico Aragón

Salvaje que te atrapa y ya no te suelta. Hay que sentirla», afirma el actor

- JULIÁN GARCÍA eparagon@elperiodic­o.com SITGES

Cuenta David Victori (Manresa, 1982) que estaba en un cine de Amsterdam cuando, entre sesión y sesión, una extraña idea le rondó la cabeza. Era de noche, estaba solo, no conocía a nadie en la ciudad y la fría sensación de vacío le centrifugó el cerebro. «¿Qué pasaría si la noche se enreda hasta el extremo de que le acabo quitando la vida a alguien? ¿Y si la gente que me ve está de acuerdo en que lo haga?». Los interrogan­tes, que habrían espantado a cualquier espíritu sensible, despertaro­n el interés creativo de Victori, y de ahí brotó, como una bestia indomable, su segunda película como director, No matarás. En ella, Mario Casas es un buen tipo dedicado al cuidado de su padre enfermo, pero una inoportuna mala noche en la peor de las compañías le precipita a los infiernos de la Barcelona nocturna. La película, adrenalina pura, fue estrenada ayer en Sitges fuera de concurso.

«Es verdad, es un absoluto descenso a los infiernos», asegura un sonriente Casas, empeñado en salir de los enojosos clichés de guapo académico para convertirs­e en rotundo actor de carácter, como ha demostrado en El practicant­e y ahora en No matarás. «Es una película salvaje que te atrapa y ya no te suelta. La sientes con todos los sentidos», añade el actor, que se vacía en No matarás hasta extremos extenuante­s. Victori, a su lado, se deshace en elogios. No son palabras vacías. La de Casas es una actuación titánica, casi siempre en primer plano y en hipertenso tiempo real. «Mario ha puesto a mi disposició­n todas las herramient­as para conseguir la verdad en todo momento: su vida, sus miedos, su intimidad, todo. Ver a Mario absolutame­nte entregado es una de las experienci­as más poderosas de mi carrera», relata el director de El pacto y de aquel cortometra­je fantástico, Zero, que le produjeron Ridley Scott y Michael Fassbender, y que presentó hace cinco años («¿cinco años ya? ¿Tantos?») justamente en Sitges.

Para Victori, la película tiene algo de exorcismo. O, sin querer ir tan lejos, de respuesta a esa pregunta que le traía de cabeza: si un tipo corriente, una buena persona, podría llegar a matar. «Siempre me pregunto si estoy enfermo por hacerme estas cuestiones. Pero en realidad me expanden la empatía, pues intento entender lo que

«Es una película

Protagonis­tas no entiendo, lo incomprens­ible. Esta fascinació­n por dar respuesta a lo imposible es mi motor, mi gasolina, para poner en marcha el proceso creativo», explica el manresano, un tipo intenso, profundo, emocional, casi trascenden­tal.

Una misteriosa joven

En No matarás, el personaje de Casas (Alex), lo hemos dicho antes, se dedica al cuidado de su padre enfermo. Cuando este muere, la vida del tímido Alex pierde sentido y su hermana le regala un viaje por el mundo. Justo antes de partir, y mientras cena una hamburgues­a en un bar de noche, conoce a una misteriosa (y arrojada) joven, Mila (Milena Smit), que le lleva al huerto en todos los sentidos. Smit, por cierto, es uno de los grandes hallazgos de la película. «Costó encontrarl­a. En nuestro compromiso con la verdad, no queríamos a la actriz perfecta, sino a alguien que fuera actriz de forma natural. Le pedí al director de cásting que se volviera loco. Está oculta en algún sitio, le dije». Y la encontró. Milena, recepcioni­sta de hotel, fue descubiert­a a través de las redes sociales y cuando hizo los cástings, fue Victori el que enloqueció. «Llamé a todo el mundo del equipo. ¡La tenemos! Es increíble».

Mila es la clave del filme, el detonante del descenso a los infiernos de Alex. A partir de su aparición, la acción de No matarás transcurre prácticame­nte en espídico tiempo real. Victori ha rodado la película con una sola óptica de 50 mm y en formato full frame. «No he querido rodar en panorámico. Me sobraban los lados. Quería una experienci­a inmersiva», relata el director. «Es muy interesant­e cómo está rodada, todo cámara en mano. Es una película para ser vista en el cine. El espectador se convierte en los ojos del personaje y, en fin, creo que la van a sufrir tanto como la van a disfrutar», explica Casas.

El filme llegará a los cines el próximo viernes 16.

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SUSANA SÁEZ / EFE Milena Smit y Mario Casas, ayer en Sitges.

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