«Este año ningún partido me nombraría pregonera»
1. La llamada pandemia ha cambiado y está cambiando a las personas tanto en Zaragoza como en otras ciudades de España, las ciudades están más tristes y apagadas pues está prohibido todo lo que nos divierte, nos da felicidad y salud: nuestras fiestas y tradiciones. Las restricciones en el contacto afectivo, en el movimiento, en conciertos y espectáculos y en la cantidad de oxígeno que respiramos están pasando factura en los ánimos y los comportamientos de la gente.
2. No variaría su espíritu reivindicativo, reivindicaría lo que requiere el momento. Este año ningún partido me nombraría pregonera porque saben que denunciaría lo que se ha hecho y se sigue haciendo con los ancianos y personas dependientes en las residencias.
3. Su tamaño medio como ciudad y su emplazamiento, su historia, su patrimonio, ser cuna de grandes artistas y también el carácter e idiosincrasia de su gente.
4. Hay que potenciar sus fortalezas antes referidas y no solo hacia lo tecnológico y logístico.
5. Pues, como toda España en este año aciago, lo que más necesita Zaragoza para recobrar su ánimo y su carácter es que nos dejen trabajar a la hostelería y a los espectáculos, que vamos de la mano con nuestras fiestas y tradiciones. Todo ello considerado hoy día como peligro de enfermedad aún yendo todos con mascarillas al aire libre. Si seguimos como hasta ahora, el hambre matará más gente que la enfermedad.