Comer, y confiamos en que se hacen las cosas bien»
ban libres a las 14.00 horas. «Ha sido un día flojo; un desastre. En fiestas abríamos a las 6 de la mañana, y con filas, y hoy, mira», lamentó su responsable, Conrado Bernad.
Pese a todo, algunos zaragozanos se animaron a comer fuera de casa. Marcelino Nonay lo hizo con su familia en una terraza de la plaza de España. «Tenemos reserva previa y confiamos en que los establecimientos cumplen las medidas. A la plaza no vamos para evitar aglomeraciones, porque podemos ir cualquier otro día», dijo.
Entre los pocos turistas que han llegado este año, Luisiana Costa y Otavio Dias, desde Brasil. «Sabíamos que era festivo y descubrimos una ciudad hermosa. Estamos encantados, con la comida y con la seguridad». Pese a todo, el día grande de Zaragoza fue especial. Pero el sector hostelero aguarda con ansia el regreso a las barras, la alegría de los clientes y la ausencia de miedo.
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