El Periódico Aragón

El Gobierno gesta una renovación judicial sin los populares

Sánchez quiere romper el bloqueo de Casado en el CGPJ

- J. ROMERO M. Á. RODRÍGUEZ $ eparagon@elperiodic­o.com MADRID

El Gobierno apretó ayer el botón para lanzar la reforma legal que facilitará la renovación del Consejo General del Poder Judicial (CGPJ) sin el concurso del PP. Y la quiere rápido, arriesgánd­ose a abrir una puerta peligrosa, la de la ruptura de los consensos y la rebaja de las mayorías necesarias para el relevo en las institucio­nes del Estado. Tanto ha pisado el acelerador Pedro Sánchez que ha preferido tramitar la modificaci­ón de la ley orgánica del poder judicial (LOPJ) como proposició­n de ley en el Congreso. Eso es, a través de los grupos que lo sustentan, PSOE y Unidas Podemos.

Con ello gana tiempo, ya que calcula que en dos meses puede estar listo el cambio en la norma, y sobre todo se ahorra el trámite de la petición de informes a los órganos consultivo­s. Porque cuando es el Gobierno el que toma la iniciativa y lleva un proyecto de ley a la Cámara baja, este debe contar con los dictámenes preceptivo­s, aunque no vinculante­s.

El Ejecutivo de coalición se evita así el previsible rapapolvo del actual CGPJ, el directamen­te concernido por esta reforma exprés que ha levantado en armas a la oposición conservado­ra –acusa a Sánchez de una maniobra «dictatoria­l»– y que anticipa el escenario de la siguiente batalla: el Tribunal Constituci­onal.

El Gobierno ya llevaba tiempo trabajando en cómo sortear el «bloqueo» del PP a la renovación del CGPJ. Podemos insistía en cambiar la ley, pero el PSOE no lo veía muy claro. Pero lo que empujó al presidente a actuar fue el fracaso de la segunda intentona, en verano, cuando las negociacio­nes estaban muy avanzadas. Desde entonces, el apremio para relevar el Poder Judicial, presidido por Carlos Lesmes desde diciembre del 2013 y con el mandato vencido hace casi dos años, ha sido continuo.

Sin éxito. El Ejecutivo ha constatado que la posición de Pablo Casado, que prometió no acceder a la renovación hasta que Unidas Podemos saliera del poder, no era una pose. «No iban a renovar. Han decidido una actitud inconstitu­y punto», responden en la Moncloa cuando se pregunta por el detonante, por la razón última para lanzar la reforma de la LOPJ, que se decidió «este fin de semana», indican en el Ejecutivo. Lo inesperado fue que se tomase el camino exprés, el de la proposició­n de los grupos.

«BUSCAR ACUERDOS» El texto registrado ayer en el Congreso pivota sobre dos elementos claves. Uno, el recorte de las atribucion­es conferidas al CGPJ cuando entra en funciones tras agotarse sus cinco años de mandato. Ello hará que los 20 vocales y su presidente mantengan la potestad reglamenta­ria e inspectora, pero perderán la capacidad de nombrar a la cúpula judicial (presidente­s de sala y magistrado­s del Supremo, presidente­s de las audiencias, de los TSJ y de la Audiencia Nacional...).

Dos: rebaja de las mayorías para la elección por Congreso y Senado de los 12 vocales del turno judicial. Se pasaría de la mayoría de tres quintos a la mayoría absoluta en segunda votación. Para los ocho vocales juristas no hay cambios, ya que la Constituci­ón impogano ne que han de ser designados por las Cortes por tres quintos. Una reforma de la Carta Magna es impensable ahora mismo.

Los portavoces de PSOE y Unidas Podemos, Adriana Lastra y Pablo Echenique, defendiero­n la proposició­n registrada, insistiend­o en que se sigue obligando a «buscar acuerdos» pero que se incorpora una cláusula que permite desatascar las institucio­nes, en palabras de la socialista. Para su homólogo morado, la reforma persigue «proteger al Poder Judicial» de las «tácticas partidista­s» del PP, forzando la renovación de un órcional cuya composició­n «es fruto de una mayoría que ya no existe», la absoluta que ganó Mariano Rajoy en el 2011.

De hecho, su primer ministro de Justicia, Alberto Ruiz-Gallardón, apuntó Lastra, impulsó una revisión de la ley en el 2013, en solitario, para que las Cámaras pudieran proceder al relevo de los 10 vocales que le toca elegir a cada una de manera independie­nte. Lo que hace el texto presentado es separar el procedimie­nto de designació­n de los vocales jueces de los juristas, al rebajar las mayorías para los primeros.

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Pedro Sánchez y Pablo Iglesias, el pasado mes de julio.

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