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Miles de jóvenes aislados en residencias universitarias del Reino Unido se quejan de la comida basura a precio de oro En York pagan 77 € diarios por un sándwich y patatas
Miles de estudiantes permanecen aislados en las minúsculas habitaciones de las residencias universitarias en Gran Bretaña debido al coronavirus. Un inicio de curso académico como ningún otro. Reclusión entre cuatro paredes, clases virtuales, guardas en las puertas de las residencias impidiendo entradas y salidas, multas, e incluso expulsión a quienes se salten las reglas.
A principios de este mes, en casi la mitad de las universidades británicas había casos de covid-19. Las cifras oficiales actualizadas el lunes revelan que 9.000 alumnos en 68 universidades ha arrojado en estos momentos un resultado positivo. De acuerdo con un estudio del diario The Times, en las zonas del país donde hay estudiantes, los niveles de positivos son cinco veces más altos.
Sanjiv Sanchdev era uno de los novatos que llegó a la universidad de Leeds para iniciar su primer curso. El contagio fue inmediato. «Es indignante porque era algo totalmente predecible. Está lejos de casa, lejos de sus amigos y de la familia. Está atrapado en una habitación pequeña», cuenta su padre, que solo ha podido ayudarle pi
Encierro
- diendo comida para él a través de internet, como están haciendo otras muchas familias. A lo desgraciado de la situación se suma una avalancha de quejas sobre el coste y la pésima calidad de la comida que los campus están distribuyendo a quienes se hallan en reclusión forzosa. Es «la cárcel más cara del Reino Unido», denunciaban dos estudiantes desde las residencias de la Universidad de Edimburgo.
En Instagram cuentan cómo le están enviando sándwiches con beicon a estudiantes musulmanes, o frutos secos a alérgicos a estos productos. «Hay algunas ocasiones en que no se han cumplido las necesidades de los estudiantes», admiten los responsables del avituallamiento. Lo de los escoceses no es una excepción.
En la Universidad de York el menú es un sándwich, patatas fritas, una chocolatina y agua, como ración diaria al precio de unos 77 euros (también diarios) durante el periodo de aislamiento, que en principio debe durar 10 días. En Durham, los estudiantes que han pagado 2.200 euros por la comida a lo largo del curso académico están recibiendo sopa instantánea de fideos y latas de judías con salsa de tomate.
«Queremos carne», decía el cartel pegado en la ventana de uno de los cuartos de la residencia de la Universidad de Manchester. En Birmingham se quejan de que todo es congelado y reclaman fruta y verdura fresca. En otros recintos se han distribuido productos caducados. Más de 2.500 estudiantes en Lancaster han firmado una petición acusando a las autoridades del centro universitario de querer «sacar provecho de los estudiantes aislados». En su caso, están pagando 20 euros al día por una comida que según estiman cuesta poco más de 4 euros.
El asunto ha llegado a la Cámara de los Comunes. La secretaria de Estado para las Universidades, Michelle Donelan, ha advertido a las instituciones correspondientes, con las que se ha puesto en contacto, que no pueden lucrarse a costa de los estudiantes atrapados.