Palabras que atrapan
Desde mi adolescencia los profesores/as de Lengua y Literatura de bachillerato, siempre nos aconsejaban, medio obligaban, realizar la lectura del libro correspondiente por programación, con una libretita y un lápiz para apuntar el vocabulario que desconocíamos y darnos cuenta cuánto nos faltaba aún para alcanzar un dominio de la riqueza del idioma, porque el dominio absoluto nunca se logra.
Y llegó muchos años después esta palabra serendipia, al llegar a ella en un artículo sobre ciencia, me paré, me volví a parar y seguro que a mi mente acudió un hashtag que es actual y creado por publicistas o personas a quienes compite y posiblemente hayan visto u oído: «Sin ciencia no hay futuro».
Y que yo en ese momento intuí, al leer dicho artículo sobre el virus denominado VIH (virus de inmunodeficiencia humana). El descubrimiento del virus que permitió el desarrollo de un anticuerpo. En el año 1986.
Y aunque hayan ocurrido muchas serendipias ( en lenguaje popular : casualidades) creo que fue en el año 2014 cuando esta palabra se incluyó en el diccionario de la RAE.
Y tanta es mi curiosidad por esta palabra, porque sería tan interesante, esperanzador e incluso milagroso que una de ellas ocurriese en este momento con el covid-19, que he indagado de dónde procede y a grandes rasgos: Proviene del inglés, serendipity, que deriva del vocablo árabe «Serendib». También, Serendip es el nombre árabe de la antigua isla llamada Ceilán, la actual Sri Lanka.
Realmente exótica es la procedencia, pero dejándonos de fábulas, sería una magnífica serendipia que la ciencia diese con fórmula de parar este disloque en el que estamos atrapados.