La CHE hace balance del año hidrológico «normal» en toda la cuenca
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La Confederación Hidrográfica del Ebro (CHE) ha convocado para este mes las reuniones ordinarias de las 18 Juntas de Explotación de la Demarcación del Ebro para analizar la situación de los sistemas una vez finalizado el año hidrológico y comenzado el nuevo, el 1 de octubre. La situación general de la cuenca es de normalidad, según los Índices de Sequía de la Demarcación del Ebro, incluida la margen derecha de la cuenca, lo que la CHE califica de «poco habitual». A pesar de ello, algunas zonas, en la margen izquierda de la cuenca, que, aunque están cerrando sus campañas con normalidad, presentan datos de caudales circulantes y de reservas a final de año, por debajo de esta media debido a una temprana fusión del manto nival y una primavera y verano secos, con un incremento de las demandas de agua embalsada.
Jacobo en Ruesta y la de Santiago en Sigüés. En proceso está la recuperación de las ermitas de San Juan en Ruesta, Virgen de las Viñas en Escó y San Pedro, en Artieda. También están realizándose, aunque no han concluido, las labores de reforestación en los márgenes del nuevo embalse y las zonas de obras (360.200 unidades).
Con todos estos trabajos iniciados o pendientes de adjudicar, la previsión es que las obras concluyan en el 2023. Sin embargo, no será entonces cuando el pantano pueda empezar a utilizarse hasta la nueva cota. Antes, habrá que implantar el Plan de Emergencia de Presas y desarrollar el Plan de Puesta en Carga, donde se efectúa un llenado y vaciado del embalse para «probar» la presa, sin afectar a los usos anteriores al recrecimiento. Y todo ello, todavía, a la espera del informe solicitado por el ministerio al Colegio de Ingenieros de Caminos, Canales y Puertos sobre la seguridad de la presa.