Muere Antonio Algora, antiguo obispo de Teruel
El aragonés, de 80 años, sufrió ayer un fallo multiorgánico
El obispo emérito de Ciudad Real, el aragonés Antonio Algora, falleció ayer con 80 años de edad, de un fallo multiorgánico. Algora fue obispo de Teruel y Albarracín de julio de 1985 a marzo de 2003 y según informó la Diócesis en un comunicado, perdió la vida en torno a las 16.00 horas. Durante 13 años fue obispo de la Diócesis de Ciudad Real y desde el 2016, obispo emérito en ella.
Algora ingresó en el hospital de La Paz de Madrid el pasado 20 de septiembre, con diagnóstico de neumonía bilateral provocada por el covid-19. Durante los 25 días en los que estuvo ingresado, sin salir de la gravedad, tuvo momentos «que animaban a la esperanza en su recuperación», aunque pudiese ser un proceso lento.
En los últimos días había dado signos de recuperación porque la infección había remitido, la presión arterial se le había estabilizado y cada vez aguantaba más la respiración de manera autónoma. Sin embargo, ayer el equipo médico informó del fallo multiorgánico que derivó en su muerte. ((
«Le encomendamos especialmente a la Virgen María, a la que tanta devoción y cariño ha mostrado a lo largo de su vida. Rogamos oraciones por su eterno descanso a todo el pueblo de Dios, laicos, monasterios y casas religiosas, consagradas y consagrados, sacerdotes y parroquias. El Señor, que es buen pagador, le premie con misericordia», manifestó la Diócesis en el comunicado emitido ayer.
Antonio Ángel Algora nació en La Vilueña (Zaragoza), el 2 de octubre de 1940. Cursó los Estudios Eclesiásticos en el Seminario Diocesano de Madrid. El 23 de diciembre de 1967 fue ordenado sacerdote y quedó incardinado en la que entonces era la Archidiócesis de Madrid-Alcalá.
En 1984 fue nombrado Vicario Episcopal de la Vicaría VIII de la Archidiócesis de Madrid. Y un año más tarde como Obispo de Teruel y Albarracín. Ya en el 2015, después de doce años como obispo prior de la diócesis de Ciudad Real, presentó la renuncia por razones de edad.