Entre 1943 y 1951 no pisó Primera. Ahora, lleva otros ocho años, siete con la Fundación
ragoza sigue varado en Segunda por octavo año consecutivo, siete de ellos con sus nuevos gestores, con el presidente, Christian Lapetra, como imagen representativa de la entidad desde el 2014.
HASTA EN TERCERA El actual Zaragoza, fundado en 1932, logró el ascenso en 1936 y la Guerra Civil le hizo debutar en la élite tres años después. En 1943, con Francisco Caballero y Mariano Lasala de presidentes y Jacinto Quincoces como entrenador, consumó su descenso a Segunda al acabar decimotercero en una Liga de 14. No solo no subió en los cuatro años siguientes sino que con Carlos Salvador de máximo dirigente y Manuel Olivares en el banquillo bajó a Tercera en 1947, donde estuvo dos años, primero en el grupo 3 y luego en el grupo 4, desde el que llegó el retorno a la categoría de plata en 1949. Un año de transición en Segunda, con la cuarta plaza, fue el preludio del ascenso.
Julián Abril, un presidente ambicioso y que proyectó la ampliación de Torrero, fue clave para que el equipo, bajo la batuta de Luis Urquiri y, en el tramo final, Juanito Ruiz, y con los 23 goles de Rosendo Hernández, volviera a Primera tras ocho años sin pisar esa categoría, los mismos que acumulará seguro en junio del 2021. Otro paso por la división de plata entre 1953 y 1956 y los descensos en 1971 , 1977, 2002 y 2008, saldados con ascensos al año siguiente, fueron los antecedentes a la negra época actual. 24 campañas suma en Segunda el Zaragoza con la presente y 58 en Primera, señal clara del sitio natural de este club, el que ahora no hay manera que recupere para mayor desesperación de su fiel afición.
En las últimas siete temporadas, el Zaragoza ha rozado subir, con tres playoffs de ascenso, en la 14-15, en la 17-18 y en la pasada, donde la pandemia frenó a un equipo que iba lanzado hacia el ascenso directo, mientras que sufrió y temió por la Segunda B en la 13-14 y en la 16-17, el peor año de todos los últimos. Ahora, a la octava tentativa busca recuperar su sitio para que en la oscuridad por fin se empiece a ver la luz.