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«En mi cabeza solo está ser importante, titular, para eso he venido», asegura el centrocampista, que ha tenido minutos en los tres partidos pero sin pisar aún el once
Relevo habitual
No ha tenido Adrián González el comienzo esperado en el Zaragoza, con minutos en los tres partidos disputados, 66 en total, pero sin una plaza aún en el once. «En mi cabeza solo está poder ser importante, titular y en el once, y con esa mentalidad trabajo y para eso he venido. Quiero ganar más importancia de la que estoy teniendo ahora y la ilusión de ayudar al Zaragoza a lograr cosas importantes sigue en mi pensamiento. Esto es una carrera de fondo y, como me ha pasado en otros equipos, sé que las cosas llegan, que hay que luchar con esa competencia que hay y que a todos nos hace mejores», asegura el centrocampista madrileño.
De momento, Adrián, que aún está lejos de su mejor forma física y que intenta «entrar poco a poco en el once», no tiene sitio en este Zaragoza de Baraja, en el que ha jugado en el doble pivote con Eguaras, en el carril zurdo y por detrás del punta: «Mi polivalencia da para participar en varias posiciones del 4-4-2 que está utilizando más el míster. Como dije en mi presentación, vine aquí por el entrenador y por Lalo, que pusieron mucho interés en que llegara».
El madrileño admite que la victoria en los despachos ante el Alcorcón, que ha colocado noveno al Zaragoza con 7 puntos en 3 partidos, «nos pone en una situación buena y si ganamos al Málaga nos podríamos meter entre los seis primeros y con dos partidos menos. Ese triunfo nos tiene que dar ese plus para seguir escalando. Si logramos tener regularidad y nos posicionamos arriba va a ser muy difícil bajarnos de ahí», explica el futbolista, que conoce bien la Segunda, ya que seis de sus 17 temporadas como profesional las ha vivido en la categoría de plata. «Queremos seguir mejorando en la parte ofensiva pero también tenemos que ser conscientes de que la categoría es muy igualada. No hay que alarmarse».
La puerta del Málaga
Además, no oculta su cariño al Málaga, del que salió el pasado verano tras tres años y víctima del ERE. «Más allá de lo que pasó al final, viví muchas experiencias y mi familia y yo fuimos felices. Veo que el equipo compite muy bien», dijo sobre el próximo rival, para no cerrar la puerta a un regreso a La Rosaleda: «No era imposible mi continuidad, pero creí que lo mejor era tomar otro camino. Les deseo lo mejor y no se sabe si los destinos se volverán a cruzar. La puerta no se quedó cerrada». en costas a la denunciante por temeridad y mala fe, así como que se declaren daños y perjuicios en favor del futbolista. Además, las dos partes tienen decidido recurrir la sentencia cuando esta sea comunicada por la jueza.
El portero zaragocista, que siempre ha defendido su absoluta inocencia de los hechos que se le imputan, se enfrenta, según la petición de la Fiscalía, a una condena de dos años de cárcel y 10.000 euros de indemnización para la víctima, además de que se le prohíba acercarse a la misma durante cinco años. Mientras, la acusación particular pide para el jugador cuatro años de prisión y una indemnización de aproximadamente 20.000 euros.
La causa se inició por la denuncia interpuesta contra Ratón por P. B., una mujer de la localidad de Carballino, de donde es el guardameta, que le acusa de una presunta agresión en la noche del 23 de junio de 2018 en un bar, en el barrio de Flores de esta población orensana.