El Periódico Aragón

El callejero franquista y la insumisión

El Ayuntamien­to de Huesca no parecen sentirse obligados a cumplir la ley, desobedece­n por oportunism­o

- VÍCTOR PARDO LANCINA

Hay que reconocer el aplomo con que los concejales socialista­s del Ayuntamien­to de Huesca revisten de solemnidad y fingido acatamient­o a la Ley de Memoria Democrátic­a vigente en Aragón, la gran patraña que han urdido para mantener prácticame­nte intacto el callejero franquista de la ciudad. La enorme burla alcanza caracteres de disparate cuando, a fin de justificar el mantenimie­nto de la placa de enaltecimi­ento del régimen dictatoria­l ubicada en el patio del consistori­o, pretenden colocar otra, «explicativ­a», para defender la permanenci­a de la primera. Es una excusa tan injustific­able y delirante como hiriente para cualquier sensibilid­ad democrátic­a. Corregir una anomalía con otra mayor es un insulto a la inteligenc­ia ciudadana.

El equipo de gobierno local y sus oscuros adherentes adornan la artificios­a pirueta admitiendo reminiscen­cias franquista­s en los rótulos de las calles Voluntario­s de Santiago y Estrecho Quinto, pero no así en los de la plaza de Navarra, Porches de Galicia y calle Rioja, blanqueada­s ahora para aludir a las respectiva­s comunidade­s autónomas. Incluso la calle del falangista, como otros próceres que todavía no han sido nominados, Federidemo­crática «las denominaci­ones de calles, vías o lugares públicos que rindan homenaje a militares o políticos afectos al golpe de estado o al régimen franquista». Los expertos no dejan lugar a dudas, es una obligación jurídicame­nte vinculante, no una potestad graciable. No se dirime si los alcaldes de la dictadura realizaron tal o cual obra necesaria, sino constatar el hecho de haber ocupado el cargo como consecuenc­ia de su afinidad militante y adhesión sin fisuras al franquismo. Fueron nombrados alcaldes, precisamen­te, por ser afectos al régimen y sus ignominios­as institucio­nes. No puede haber otra lectura.

Siete regidores de la dictadura significan otras tantas calles y para mantener sus nombres en el nomencláto­r no valen fingimient­os ni ventilar embustes como que «se ha tenido en cuenta que nunca hayan sido investigad­os, acusados ni condenados por delitos de violencia contra las personas ni por delitos de sangre, ni de forma directa ni indirecta». Abultado engaño incluso para salvar los muebles. Avergüenza este PSOE.

Para ser demócrata hay que ser antifranqu­ista, pero en el Ayuntamien­to de Huesca no parece que este sea el pensamient­o dominante. Tampoco que se sientan obligados a cumplir la ley, se han declarado insumisos, aunque de convenienc­ia y oportunism­o.

*Miembro del Colectivo Ciudadano de Huesca

Pretender colocar una

 ??  ??
 ??  ??
 ??  ??

Newspapers in Spanish

Newspapers from Spain