Así que hemos pagado como hemos podido»
el covid, no hay manera de acceder a ninguna oficina donde nos faciliten la información», lamentó. «Mi arrendador no accedió a bajarme el alquiler por el covid, he recurrido a esta ayuda sabiendo que podía tardar algo, pero no esperaba que fuera tan lento», criticó.
Por otro lado, Laura Gutiérrez, de Zaragoza, también se encuentra a la espera de una respuesta para la solicitud de ayuda al alquiler que presentó junto a su compañera de piso. «Echamos los papeles el segundo día, en junio. Hace quince días recibimos una notificación de que debíamos algo a la comunidad autónoma, en Hacienda nos confirmaron que no teníamos ninguna deuda y aportamos la documentación, pero seguimos sin respuesta», denuncia. En su caso, es autónoma, sin ingresos por la pandemia, y a su compañera de piso le redujeron la jornada a la mitad. «A la espera de la ayuda nos amenazaron con echarnos, así que hemos adelantado el pago como hemos podido, y el casero se ha comprometido a que cuando le ingresen la cuantía, nos la devolverá», lamenta.
También conocen situaciones similares en la Red de Apoyo de Torrero, donde ayudan a los inquilinos a cumplimentar la solicitud. Una de sus portavoces, Ana, denuncia la «excesiva burocracia» que acompaña a esta convocatoria de ayudas. «La brecha digital es enorme, lo que complica muchísimo el trámite», expresa. Por eso, piden «flexibilidad» a la Administración y «agilidad» en la resolución.