Ingenuo y pretencioso a la vez, con una mezcla de literatura y autoayuda
Un libro extraño,
me ha dado la impresión de que Tamaro busca asimismo ese cedazo ecuménico, una criba a través de cuyo filtro purificar tan solo aquellos sentimientos puros, universales, que contribuyan en toda época y lugar a dignificar al ser humano.
Tanto la autora como su amigo y cómplice Pierluigi Capello han sufrido los avatares de la vida: familias desestructuradas, muertes, enfermedades, terremotos… También, la incomprensión o el desdén ajenos hacia sus capacidades intelectuales y creativas. Finalmente, el éxito les daría la razón, pero atrás quedaban hondos silencios, largos vacíos, demasiada ausencia e infelicidad como para olvidarlas con el buen sabor de las ventas de libros.
Implacable, pero también dura y tierna al mismo tiempo, Tamaro repasa sus más oscuros trances, desde la esquizofrenia al filo del suicidio, desde la caída libre de una familia perseguida por la desgracia a la soledad de aquella joven que, en medio de la indiferencia general, fue a Roma a estudiar cine... Un libro extraño, ingenuo y pretencioso a la vez, seguramente útil, con una curiosa mezcla de literatura y autoayuda en una fórmula que se ha revelado popular. Para todos aquellos que crean en la redención del mundo.