De poco nos sirve
Entre deprimentes noticias de contagios, confinamientos y fallecidos, llegan otras, porque a pesar de este enemigo invisible e ignoto que ha puesto todo patas arriba hay que seguir adelante.
Aventuran que la población de España crecerá en torno al millón de habitantes en estos próximos años, mientras Aragón perderá un uno por ciento de su población. En principio costaría entender que nuestra comunidad siga perdiendo población. Cierto que su baja natalidad, (1,3 hijos por mujer) no ayuda al crecimiento, pero dispone de una posición estratégica envidiable. Epicentro de las cuatro comunidades más ricas del estado, cualificada, paz social, disponibilidad, costes laborales razonables y patriotas y leales con los centros de poder instalados en Madrid, son suficientes razones para invertir esa tendencia.
Deberían ser suficientes razones para captar centros de negocios, empresas que son las que al final mantienen población en el territorio. Pero esas supuestas ventajas las limita un factor negativo llamado «fiscalidad». Barómetro para la asignación de recursos, que promueve la movilidad de personas y también factores productivos que permiten la migración de las rentas más altas a otros territorios, especialmente a Madrid, donde los impuestos personales sobre la renta y riqueza son menores.
Hay otras causas. Nuestra falta de representación en los gobiernos centrales y parlamento, donde los Ejecutivos vascos y catalanes se siguen llevando el grueso de las inversiones, proyectos públicos de gran fuste y demás prebendas.
Pero sobre todo la centrípeta Madrid, creciendo a costa de los demás y siempre cogiendo del resto de España. Centralizadora del poder económico, político, universitario….
Muchas veces pienso, que a pesar de ser tan españolitos y patriotas los aragoneses de poco o nada nos sirve.