Los geriátricos españoles no están listos para otra ola
Las enfermeras denuncian que en la mitad faltan medios y personal Uno de cada diez no dispone de un plan de respuesta frente al covid
Como ha sucedido con los centros de salud en muchas comunidades autónomas, tampoco todas las residencias de mayores están suficientemente preparadas para afrontar la segunda oleada de covid. Según la opinión expresada por las enfermeras que trabajan en estos centros sociosanitarios, casi la mitad (el 46,3%) carecen del personal, material o espacios necesarios para prevenir o atender adecuadamente a los residentes y a los empleados que resulten contagiados de coronavirus.
Y es que uno de cada 10 centros (un 12,5%) sigue sin disponer de un plan de respuesta frente al covid, casi el 74% no cuenta con una unidad de hospitalización, el 30,5% no tiene coordinación con centros de atención primaria u hospitales y solo uno de cada tres tienen historia clínica compartida (el 30,9%). Estos datos se reflejan en el informe Análisis de la situación de las residencias sociosanitarias en España, elaborado por la Mesa de la Profesión Enfermera, integrada por el Consejo General de Enfermería y el sindicato mayoritario, Satse, con la colaboración de la Sociedad de Enfermería Geriátrica y Gerontológica (SEEGG).
Para su ejecución, se han realizado encuestas a los delegadas de Satse que trabajan en 272 residencias, tanto públicas como privadas y de todos los tamaños. Y la conclusión es que los centros sociosanitarios están «mejor preparados que en marzo y abril pero todavía hay espacios de mejora, en la elaboración de planes de contingencia, acopio de material, unidades de aislamiento o formación de profesionales y usuarios», según señala Fernando MartínezCuervo, presidente de la SEEGG, en la presentación del estudio.
«Aún no están preparadas al 100%», reitera José Luis Cobos, vicesecretario del Consejo General, mientras que Pilar Lecuona, enfermera especialista en la materia, manifiesta que hay «realidades muy diferentes» entre unos centros y otros pero la «falta de personal hace que sea insoportable una segunda oleada».
El informe refleja graves déficit de profesionales sanitarios. Así, de forma global cada enfermera tiene asignado, de media, un total de 48 residentes por la mañana y de 71 por la tarde. En el ámbito privado estos datos se multiplican hasta superar los 100 usuarios asignados a los turnos de tarde los fines de semana. Pese a la pandemia, no se han incrementado las plantillas y la sobrecarga «brutal» de trabajo –calificativo empleado en el informe– se traduce que en que en el 93% de los centros tienen que delegar algunas de sus tareas, fundamentalmente en auxiliares y gerocultores.
El estudio también arroja luz
sobre la extensión del virus en las residencias. Se han realizado –hasta el pasado julio– tests al 91,5% de los usuarios, si bien al 2,6% de los ancianos ingresados que han tenido síntomas no se les ha realizado ningún tipo de prueba. El 18% de los residentes ha dado positivo y el 33,8% son asintomáticos. El número de pruebas es similar en los centros públicos y privados, aunque la positividad es más alta en los públicos, quizá porque tienen más volumen de usuarios, pero se requería un estudio específico para conocer la razón, según admite el propio José Luis Cobos. =