Los escritores aragoneses rinden homenaje a Bécquer
La asociación realizó ayer una visita a Veruela y un recital en Trasmoz
En tierras del Moncayo, en el monasterio de Veruela y en Trasmoz, la Asociación Aragonesa de Escritores recordó ayer por la mañana a Gustavo Adolfo Bécquer (Sevilla, 1836 – Madrid, 1870) en el 150 aniversario de su fallecimiento. Emotividad, inspiración y gratitud son las palabras que más se escucharon ayer a la hora de conmemorar a este gran escritor que llegó a esta comarca en busca de reposo para su maltrecho cuerpo y paz para su alma herida.
Para rememorar su obra y su fuerte vínculo con Aragón, la Asociación Aragonesa de Escritores (AAE), presidida actualmente por Javier Fernández, ha organizado una serie de actividades en homenaje a este gran poeta y narrador. La primera de ellas se celebró precisamente ayer, con lo mejor que la AAE podía realizar: leyendo a Bécquer en tierras del Moncayo. Tras una visita al Monasterio de Veruela, una docena de escritores aragoneses recitaron sus poemas y leyeron sus textos (fragmentos de sus leyendas, de sus Cartas desde mi celda y de sus Cartas literarias a una mujer).
El acto se celebró en el Mirador de los Olivos de Trasmoz y las lecturas estuvieron acompañadas por la magnífica actuación musical de Silvia Solans y David Mas. Ambos interpretaron textos de Bécquer musicalizados. La esencia de cada uno de ellos se fundió en este dúo para crear un sonido tan delicado como poderoso. Guitarra y voz, música sencilla y desnuda, pero a la vez increíblemente completa. Las lecturas, por su parte, corrieron a cargo de los escritores aragoneses María Dolores Tolosa, Ricardo Díez, María Belén Mateos, Gloria Mateo, José Antonio Prades, María Pilar Montoro, Lourdes
Las lecturas estuvieron acompañadas por la actuación de Silvia Solans y David Mas
Fajo, Amparo Sanz , Silvia Marx y Fran Picón. Este acto contó con la colaboración del Ayuntamiento de Trasmoz y de la Casa del Poeta.
ACOMPAÑADO DE SU HERMANO $ Gustavo Adolfo Bécquer llegó al Monasterio de Veruela acompañado de su hermano Valeriano, notable pintor en su época, y de sus respectivas familias, en diciembre de 1863, y en sus dependencias permanecieron hasta julio de 1864.
Los hermanos Bécquer fueron muy felices en estas tierras. Veruela y toda la comarca del Moncayo inspiraron a poeta y pintor algunas de sus obras más extraordinarias, desde Las cartas desde mi celda y los escenarios para algunas de sus leyendas; al álbum Expedición a Veruela. «Él dibujaba mis versos y yo ponía palabras a sus pinturas», escribía Gustavo Adolfo sobre Valeriano, su hermano de sangre y de alma, que falleció también en 1870, tres meses antes que el poeta.
Por ello, la Asociación Aragonesa de Escritores fue ayer por la mañana tras las huellas de Bécquer por tierras del Moncayo para rendir un homenaje al escritor y a sus palabras, pero también a los lugares que inspiraron sus grandes obras. Hoy, la comarca del Moncayo conserva ese legado con orgullo y une el nombre de Bécquer a su cultura y a su turismo con exposiciones permanentes (Veruela), rutas, recitales y otras actividades.
No en vano, la obra que los dos hermanos realizaron durante su estancia en Veruela ha tenido una importancia decisiva en la difusión del monasterio y de toda la comarca del Moncayo, no solo de su patrimonio cultural, sino de sus gentes, costumbres y tradiciones.
La próxima actividad que realizará la Asociación Aragonesa de Escritores en homenaje a Bécquer se celebrará en Zaragoza el día 27 de octubre. La asociación cuenta en la actualidad con casi un centenar de socios en toda la comunidad.