Portazo a medias de Johnson
El conato de ultimátum a la Unión Europea de Boris Johnson se ha quedado a medio camino entre la confirmación de un
brexit sin acuerdo y la posibilidad de que a última hora sea posible la separación de forma ordenada. Esa es al menos la interpretación que han hecho los mercados, donde la cotización de la libra se ha mantenido estable, con los operadores de la City curados de espantos.
El premier ha dejado la puerta entreabierta a que continúen las negociones, aunque el Consejo Europeo concluido el viernes ha exigido al Gobierno británico «movimientos» para alcanzar un acuerdo que evite un brexit a las bravas y Johnson ha pedido a sus compatriotas que se preparen para una ruptura sin pacto, aunque en su alocución al país evitó explícitamente dar por acabadas las negociaciones
Acaso no le quedaba otra salida a Downing Street al haber marcado en el calendario el 15 de octubre como la fecha límite para alcanzar un compromiso con Bruselas. Pero hay demasiados intereses en juego a ambos lados del Canal como para que diez semanas antes de que finalice el periodo transitorio se deje de negociar, como para que las partes no sean capaces de delimitar un espacio de entendimiento y condenen los intercambios entre el Reino Unido y la Unión Europea a regirse por las disposiciones generales de la Organización Mundial de Comercio. Es lo que Johnson llama «modelo global de libre mercado», en cuyo seno no tiene cabida un tipo de relación similar al mercado único. Desde luego, no son dos asuntos menores las desavenencias surgidas a propósito de la política británica de subvención a las empresas, que vaticina una competencia desleal con los Veintisiete, y de las cuotas pesqueras que piensa imponer a la Unión Europea –España sería uno de los países perjudicados–, pero se antojan insuficientes para romper la baraja.
Las apelaciones británicas a la soberanía nacional en materia económica son un argumento trasnochado y sin recorrido
De hecho, mañana está previsto que el equipo del negociador jefe
Michel Barnier se desplace a Londres para intensificar las negociaciones en busca de un acuerdo. Aunque mantengan que no será a cualquier precio.
En todo caso, el momento es muy poco propicio para ello, con una gran contracción de las economías a causa de la pandemia y con demasiadas incógnitas sin resolver sobre cómo será la salida de la crisis en Europa, incluso en el hipotético caso de que el acuerdo sea posible para que los intercambios comerciales fluyan sin gravosos impedimentos. Lo que lleva a considerar que las apelaciones de Boris Johnson a recuperar la soberanía nacional en materia económica es un argumento definitivamente trasnochado y sin recorrido.