Pablo Casado se centrará en el presidente y obviará a Abascal
El líder del PP cree que el debate solo beneficia al Gobierno, que ahora está «débil»
Los diputados del grupo parlamentario del PP, los de base y los de los órganos de dirección, seguían este fin de semana sin tener claro qué van a votar el jueves al mediodía, cuando acabe el debate de la moción de censura que ha presentado Vox a Pedro Sánchez. Pablo Casado ha decidido no darlo a conocer con antelación y, según varios altos cargos consultados por este diario, duda entre el no y la abstención. Más decidido tenía que él mismo será el encargado de subir a la tribuna en representación de su partido, aunque hay quien estas semanas atrás se lo había desaconsejado para restar importancia a lo que consideran una «burda maniobra» de Vox: lo que va a hacer el partido ultra, se quejan, es usar de manera «abusiva» el instrumento de la moción para subir en las encuestas y lanzar a su candidato a las elecciones catalanas, Ignacio Garriga.
El parlamentario ultra será el primero en subir a la tribuna el miércoles a las nueve de la mañana. Argumentará por qué cree que hay que tumbar a Sánchez y Santiago Abascal debe ser el nuevo presidente de España, un objetivo que no lograrán porque, para que así fuera, Vox necesitaría el respaldo de la mayoría absoluta de los diputados (176 escaños), una cifra que está muy lejos de alcanzar ya que tiene solo 52, y no cuenta con el apoyo del PP ni de Ciudadanos, que también ve este movimiento como una «campaña de márketing». Después de Garriga será el turno de Abascal. El presidente y cualquier ministro pueden tomar la palabra cuando quieran y durante el tiempo que deseen para responderles. Después se posicionarán todos los grupos, y el jueves se votará.
Va a ser una pérdida de tiempo en plena segunda ola de covid-19 y con una grave crisis económica en ciernes, se lamentan populares y naranjas. En el PP, además, temen que Abascal no solo se cebe con la gestión del jefe del Ejecutivo sino que también señale a Casado, su principal competidor en la derecha, como un líder que no puede ser alternativa a Sánchez por la corrupción de su partido (la cercanía de la sentencia del Supremo sobre la Gürtel y las investigaciones de la operación Kitchen le ayudan) y por su tibieza ante el PSOE por no apoyar la moción.
CASOS DE LA «ETAPA ANTERIOR» El líder del PP, explican miembros de su equipo, saldrá a responder porque no puede quedarse en el escaño, «desaparecido» del debate, mientras los primeros espadas están dando la cara. Casado se está preparando para buscar el cuerpo a cuerpo con Sánchez, porque para eso él «es el jefe de la oposición» (88 escaños), y hacer oídos sordos a los ataques que le lleguen de Abascal, que encabeza una formación «sin experiencia de Gobierno». En todo caso, ante las acusaciones de ser un partido corrupto, señalan, defenderá que él, como nuevo dirigente, está comprometido con la «ejemplaridad» y esos escándalos son de la etapa anterior, ya cerrada.
El PP considera que este debate llega en el mejor momento para Sánchez, porque, pese a estar «débil» por no haberse anticipado a la segunda ola del covid-19, él saldrá «indemne» y podrá decir que cuenta con el apoyo de la Cámara para seguir liderando el Gobierno. El dirigente conservador censurará al jefe del Ejecutivo por su «mala respuesta» a la crisis sanitaria, no reaccionar ante la debilidad económica y tampoco ante los «ataques» de Podemos a la monarquía y los jueces.
«Si hubieran dado los números, habríamos presentado nosotros la moción», dicen varios diputados del PP, que insisten en que Casado debe subrayar esa idea desde la tribuna. «Espero que Vox no cometa el mismo error que Albert Rivera, que se creyó que podía darnos el sorpasso», dice un asesor conservador.
Pablo Iglesias presentó en junio del 2017 una moción contra Mariano Rajoy que tampoco tenía los números atados. El PSOE se abstuvo. Es la misma respuesta que puede ser la que dé finalmente Casado el jueves si quiere escenificar que hay razones para hacer caer a Sánchez, pero no cree que Abascal sea quien tiene que coger el relevo. El principal partido de la oposición es el PP… aunque esta semana lo será un poco menos.
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