El Zaragoza, por detrás en el marcador por primera vez

En los tres partidos anteriores, el Zaragoza no había tenido la sensación de lo que era ir por detrás en el marcador. Ante Las Palmas, dio primero con el tanto en propia meta de Clau Mendes, luego empató Lemos y Ros puso en ventaja de nuevo al Zaragoza antes de que llegara el empate a ocho minutos del final tras un latigazo de Edu Espiau. Contra el Alcorcón, partido que después ganó en los despachos, y ante el Albacete, donde decidió un postrero gol de Juanjo Narváez, el Zaragoza cerró su puerta, por lo que la sensación que tuvo en el minuto 13 cuando Chavarría marco de cabeza a centro de Rahmani era inédita, aunque al menos tuvo casi tres minutos para digerirla, porque la jugada la validó el VAR al no haber fuera de juego en el centro del extremo malaguista ante la escasa oposición de Tejero. Después, en el 26, llegó un segundo golpe, esta vez de Caye Quintana.

El caso es que ayer el Zaragoza completó 77 minutos por detrás en el marcador y al menos se levantó en la segunda parte y hasta rozó el empate, pero la necesidad de firmar su primera remontada del curso no se refrendó sobre el resultado para que llegara esa primera derrota de la temporada para un equipo que no sabía lo que era hasta el momento tener que nadar a contracorriente y que lo descubrió ante el Málaga. Le costó asimilarlo en la primera parte, pero en la segunda mitad se levantó, lo que deja a las claras que hay espíritu de equipo y más fútbol del que había mostrado hasta entonces, hasta esa segunda mitad que también abre un camino de esperanza de un Zaragoza menos gris y con más capacidad ofensiva que hasta ahora.

El Málaga descubrió, y por partida doble, una sensación nueva a los de Baraja