¡Viva la comunidad educativa!
Ha pasado ya un mes desde la vuelta del alumnado a las aulas de los centros educativos de la Comunidad Autónoma de Aragón y se puede concluir que este temido regreso no ha supuesto una incidencia en el número de casos afectados por el covid-19. Esto no se debe ni al reconocimiento que la sociedad en general otorga a la educación y a los profesionales que nos dedicamos a ella, ni al apoyo dado por parte de las administraciones competentes. No hay medios para la protección de la salud (simplemente mascarillas) en los centros, o no los hay en tiempo o cantidad suficiente. No se ha producido un aumento en las plantillas, sino que se ha duplicado la tarea del docente que debe atender a la mitad de aula en clase y a la otra mitad en casa (aportando sus propios medios informáticos). Y a pesar de todo ello, la tónica general en los centros educativos es de normalidad. Por esto es por lo que quiero agradecer la responsabilidad de las familias, que están realizando malabares para conciliar y para no traer a sus hijos a las aulas cuando presentan cualquier síntoma compatible con el covid.
Agradecer a nuestro alumnado, nuestra razón de ser, por atender de manera rigurosa las indicaciones para respetar las distancias en el centro y llevar la mascarilla en todo momento. Una vez más, la juventud, ampliamente demonizada, aportándonos una lección. Y finalmente agradecer su labor, su profesionalidad, su compañerismo, su vocación, su buen hacer, a todo el profesorado. Sin la coordinación y responsabilidad de todos los miembros de la comunidad educativa, no habría sido posible este resultado. Es por ello que quiero decir bien alto «Viva la comunidad educativa».