La autorrevisión es clave para la detección del cáncer de mama
El colapso del sistema sanitario hace más necesaria la exploración a partir de los 20 años Tres de cada diez pacientes pierden o abandonan su trabajo por culpa de esta enfermedad
Ante el colapso en los centros de salud y la decisión de las autoridades de modificar la asistencia en los centros sanitarios para evitar los contagios, lo que se ha traducido en el retraso de revisiones y en más consultas telefónicas, el Consejo General de Enfermería subrayó ayer, en el Día mundial contra el cáncer de mama, que se hace más necesario que nunca que las mujeres se autoexploren, sobre todo a partir de los 20 años. Según la organización colegial, hay que autoexplorarse una vez al mes después de la menstruación, no interrumpirlo durante el embarazo ni la lactancia y hacerlo siempre de la misma forma: frente al espejo primero y tumbada con una almohada debajo de la espalda después, buscando cualquier modificación en el pecho que pueda ser síntoma de que se padece cáncer u otra enfermedad. «Gracias a la autoexploración se pone en marcha el proceso diagnóstico. Teniendo en cuenta que en la pandemia se han sufrido demoras en las citas, es cierto que hay que darle más prioridad a la autoexploración para actuar de forma precoz», señala Gema Usano, enfermera gestora de cáncer de mama del Hospital 12 de Octubre, de Madrid.
Esta profesional recuerda que, además de los problemas organizativos en los centros sanitarios, el miedo de algunas pacientes a acudir a los hospitales, que todavía persiste, puede estar detrás de que en los últimos meses haya habido un menor diagnóstico en los centros públicos. «También puede haber existido una migración a centros privados, menos saturados en estos momentos», reconoce. Si bien, el presidente del Consejo General de Enfermería, Florentino Pérez Raya, avisa de que en plena pandemia de covid, España no puede «permitirse un retroceso en el control de otras enfermedades como el cáncer de mama, que supone la primera causa de muerte por cáncer entre mujeres». Por ello, a pesar de la segunda ola de coronavirus, el Colegio de Enfermería y otras entidades médicas hacen un llamamiento a la población para que no deje de acudir a los controles para detectar este y otros tipos de tumores.
Y es que la detección precoz, junto con el avance en la investigación y en los tratamientos, está directamente ligado con la superviviencia. En el caso del cáncer de mama, el 90% de las afectadas están libres de recaídas a los cinco años del diagnóstico.
Aún se desconocen las causas que provocan su aparición, pese a que se han identificado numerosos factores de riesgo, la mayor parte relacionados con la exposición hormonal. Se trata del cáncer con segunda mayor incidencia en España, con más de 33.300 casos cada año y un crecimiento del 7,5% desde el 2012. Aunque, afortunadamente, la mortalidad ha descendido considerablemente gracias a los programas de cribado y al hallazgo de tratamientos innovadores.
EL COSTE ECONÓMICO Asimismo, otra de las asignaturas pendientes pasa por el apoyo psicológico y económico a los pacientes. La Asociación Española Contra el Cáncer (AECC) ha elaborado un estudio que revela que entre gastos directos, ocultos y pérdidas de ingresos una familia invierte de promedio 42.000 euros para hacer frente a un tumor en las mamas. Y es que un 34% de las enfermas pierden o dejan su trabajo por la enfermedad, un 42% pierden casi todos sus ingresos y al 21% de los hogares esta situación les provoca pobreza. Y, como consecuencia de la pandemia de coronavirus, estos porcentajes empeoran; hasta un 50% de las mujeres han perdido casi todos sus ahorros y un 30% de los hogares se encuentran en situación económica severa.