Llamada a la delantera
Koeman pide más goles a Messi y Griezmann antes de enfrentarse al Ferencvaros húngaro
Dos meses y seis días después vuelve el Barça a la Champions. Empieza una nueva era en el equipo azulgrana (todavía no en el club, aunque está fraguándose). Y no solo porque se trate de otra temporada y de la siguiente edición del máximo torneo continental. El 2-8 del último partido, inolvidable, ante el Bayern en Lisboa, es una herida que costará restañar. Solo se conseguirá con el tiempo y con victorias.
El debut con el Ferencvaros (21.00 horas) marca el inicio de esa nueva era que no se sabe cuánto durará, sobre todo en un Barça más convulso que nunca, con un equipo en plena renovación, un cuerpo técnico que impone cambios, una directiva en la puerta de salida, vía moción de censura o vía elecciones, un vestuario refractario a ceder le 30% de su sueldo por la crisis del covid-19 y un presidente enfrentado a la mayor gloria y capitán del equipo. Cargando, además, con una derrota en Getafe. Todo muy plácido y muy tranquilo...
Pero no se trata de disimular los males que aquejan al Barça. El principal, y único por ahora, portavoz del club se distingue por no tener pelos en la lengua. Ronald Koeman (57 años) está en una fase de su vida libre de deudas y solo procura elegir bien las palabras en las lógicas limitaciones que tiene su particular vocabulario español tratándose de un holandés.
SIN PELOS EN LA LENGUA Por ejemplo: en la rueda de prensa reseñó su cierto descontento por el bagaje goleador del equipo, por más que destacó los 8 tantos marcados en 4 partidos, un promedio de los mejores de la Liga. Y contestó, al ser preguntado por Lionel Messi, que solo ha anotado un gol, y de penalti, en esos cuatro partidos: «En este momento su rendimiento podría ser mejor». Si el comentario tenía un finísimo tinte de crítica, estaba matizado con el añadido inmediato: «Viéndole día a día, está feliz, entrenando bien, está concentrado y quiere jugar. No tengo ninguna queja de él y no tengo duda sobre su rendimiento en los próximos partidos».
Para atenuar aún más la alusión a Messi, Koeman habló de los otros delanteros. También reprochó la producción de Griezmann («podríamos tener más rendimiento arriba y Antoine es uno de ellos, él sabe su situación»), censuró que Dembélé hubiera perdido tantos balones en el primer tiempo ante el Getafe y se mostró comprensivo con Pedri y Ansu Fati, el
mayor goleador del equipo (3), que lleva dos partidos seco: «A su edad son normales los altibajos». En cualquier caso, el entrenador no está «decepcionado» con nadie. «Puede haber críticas porque es mi trabajo y tratamos de mejorar, pero nunca puedo estar decepcionado con quien trabaja al máximo», subrayó.
Koeman conoce el Barça como la palma de su mano y no encenderá un incendio. Tampoco lo ocultará cuando el culé se está intoxicando con el humo. «Siempre hay presión, son cosas del club», dijo con la frialdad de quien las ha vivido de todos los colores.