El cierre de Navarra genera inquietud en los pueblos vecinos
Dada la cercanía, los aragoneses trabajan o compran en la comunidad
La presidenta de Navarra, María Chivite, anunció que el jueves entrará en vigor un confinamiento perimetral de esta comunidad autónoma durante quince días debido al alto número de contagios de coronavirus registrado en las últimas semanas. Una decisión que limita el movimiento continuo de la zona y produce inquietud en las localidades aragonesas próximas a la frontera.
Es el caso de Sos del Rey Católico, en la comarca de las Cinco Villas. Este municipio limítrofe con la comunidad foral tiene bastante relación, sobre todo con Sangüesa. «Hay personas que bajan a trabajar allí, también quien va a comprar a los comercios, los niños de Secundaria bajan a estudiar», explicó la alcaldesa, María José Navarro.
Asimismo, guardan vínculo con el municipio cercano de Cáseda, donde también trabajan algunos sosienses. Aunque en el cierre decretado por el que no se podrá entrar ni salir de Navarra, se pone la excepción a los desplazamientos por motivos laborales, de estura dios, cuidado de familiares y otros de fuerza mayor.
Además, Sos es un pueblo turístico que atrae a los navarros, y el cierre de la comunidad durante dos semanas hará que el municipio aragonés pierda visitas, «muchas veces tienden a acercarse, a lo mejor cuando tienen visitas o quieren venir a comer», indica.
En cuanto a las consultas médicas, hay aragoneses que acuden a Pamplona para la atención especializada. Navarro entiende que los vecinos extremarán las precauciones cuando deban trasladarse a territorio navarro, y asegura que muchos ya han aprovechado para realizar las compras que necesita
ban porque «luego ya no van a poder pasar». «Los comercios de Sangüesa perderán durante el tiempo que dure el cierre la adquisición que hacen los habitantes de Sos y de la zona», lamentó.
En Campo de Borja, los vecinos de Mallén viajan asiduamente a la localidad navarra de Cortes –a pocos kilómetros de distancia–. De hecho, dada la reducción en el servicio de autobús, muchos optan por coger el tren con parada en Cortes. Por ejemplo, personas mayores que deben acudir a Zaragoza a visitas médicas. «No sé qué pasará, si podrán coger el tren a Cortes», se pregunta el alcalde, Rubén Marco.
Como ocurre con los sosienses, los habitantes de Mallén también acuden a comprar a Cortes, y viceversa. Y también comparten relación laboral, con trabajadores que viajan a ambos lados de la frontediariamente. Así como aquellos que se desplazan a Tudela o agricultores con tierras al otro lado.
Muchos residentes de Tarazona tienen su puesto de trabajo en Tudela, y también ocurre a la inversa.
Las relaciones familiares se verán limitadas, ya que los seres queridos de numerosos aragoneses viven en la comunidad foral. «Los pueblos pequeños serán los que más lo sufran, por ejemplo los que están en Navarra, y podrían ir andando a Novallas porque están a 2 kilómetros, pero es otra comunidad y no pueden pasar a ver a los padres o a los hijos», comenta una vecina de Tarazona.
El confinamiento de Navarra restringe el movimiento de sus ciudadanos, pero también vuelve a limitar la actividad de los aragoneses vinculados a los municipios cercanos pertenecientes a esta comunidad.