Quejas por la saturación en buses y tranvías
El consistorio accede a poner en circulación todos los convoyes disponibles
Insistían por la mañana en el Ayuntamiento de Zaragoza que no había saturación, pese a que las quejas de los usuarios se multiplicaban conforme pasaban las horas. Había mucha gente, demasiada. A más de uno no le cuadraba con las nuevas restricciones del Gobierno de Aragón. «Estamos llevando un 40% menos de gente que el año pasado», aseguraban en la consejería de Servicios
Públicos, desde donde se habían dispuesto más vehículos de autobús y toda la flota del tranvía, incluido el convoy que hay de reserva.
Pero lo cierto es que los medios de transporte público, sobre todo el tranvía, fueron un hervidero en las horas punta. No hubo manera de controlar plenamente los aforos durante todos los tramos del día, pese a que el Ayuntamiento de Zaragoza reforzó el servicio de inspección para aconsejar a los usuarios e intervenir en caso necesario, además de colocar carteles informativos que, en el caso del tranvía, se apoyan también con mensajes sonoros dentro de los convoyes para liberar las puertas o dejar las mochilas y bolsas en el suelo.
Desde ayer, además, están marcados en todos los autobuses y tranvías el 25 % de los asientos no disponibles y se colocaron carteles informativos para advertir de esta circunstancia, aunque algunos usuarios hicieron caso omiso y ocuparon plazas prohibidas. Por ahí llegaron más quejas, tan repetidas como lógicas al ser imposible respetar las distancias, una situación que se hizo todavía más patente en las paradas, con los roces propios entre personas que salen y entran en un día de normalidad que no es tal.