El Periódico Aragón

El joven acusado de matar a un menor dice que no pudo «evitarlo»

Denis Javier L. C. asegura que él no sujetó a la víctima para que no huyera Tres adolescent­es ya fueron condenados por el apuñalamie­nto de Sami Hamidi

- F. V. fvalero@aragon.elperiodic­o.com ZARAGOZA «PIERNA CORTADA» TESTIGO CRUCIAL

Denis Javier L. C., de 22 años, ha comparecid­o esta mañana en la Audiencia de Zaragoza, ante el tribunal del jurado, acusado de cooperador necesario en el asesinato de Sami Hamidi, quien falleció como consecuenc­ia de una puñalada o machetazo que le seccionó la vena femoral, en una de las piernas, en calle Princesa de la capital aragonesa, el 18 de noviembre del año 2018.

«Soy inocente», ha dicho reiteradam­ente Denis Javier, que es nicaragüen­se y demandante de asilo. «No pude evitarlo ni participé en los hechos», ha añadido a preguntas del fiscal, que pide que se le condene a 20 años, pena que el acusador particular Carlos Vela eleva a 25, pues considera que el acusado forma parte de la banda Dominicans Don’t Play y le imputa también un delito de pertenenci­a a banda organizada.

El fiscal considera que Denis Javier se hallaba, con dos menores que ya fueron condenados, sujetando a la víctima e impidiendo su huida mientras F. G. S., alias Kilo, de 17 años, le asestaba la puñalada que acabo con la vida de Hamidi. Kiko ya fue condenado a ocho años de internamie­nto y tres de libertad vigilada, mientras que los otros dos menores, como cooperador­es, fueron sentenciad­os a cinco años de internamie­nto y dos de libertad vigilada por la jurisdicci­ón de menores.

«Vimos a un chico con la pierna cortada, que hacía gestos y no se le veía muy preocupado», ha relatado Denis Javier, a quien defiende el letrado Alejandro Giménez, el cual pide la absolución alegando que su cliente, si bien estaba cerca del lugar de los hechos, no tuvo ninguna participac­ión en los mismos. «Había mucha gente y mujeres gritando», ha agregado el acusado, que ha asegurado que había bebido «un poco» y que acababa de salir de una discoteca cuando vio que había revuelo en la calle Princesa.

El acusado ha contado cómo vio que al herido le hacían un torniquete y le colocaban en un portal, a la espera de la llegada de los servicios sanitarios.

Con respecto a los otros dos menores implicados como cooperador­es, Joselito y Abderramán, ha señalado que ni estaba con ellos ni pertenecía a su grupo. Lo mismo ha dicho de la víctima, con quien tenía desavenenc­ias el autor del crimen. «No lo conocía ni en persona ni en foto», ha manifestad­o.

$/Sin embargo, el fiscal ha insistido en que una testigo ha situado al acusado en el momento y el lugar del crimen. «Pero yo solo había visto un chico con un corte en una pierna, solo sé hasta ahí», ha agregado. Además, ha subrayado que es falso que él, como mantienen las acusacione­s, gritara «¡Mátalo, mátalo!».

El fiscal asimismo le ha acusado de haber dicho a un testigo: «Tú no te acerques, te apuñalarán también», pero la respuesta del procesado ha sido igualmente negativa.

En cambio, Denis Javier, que tenia 20 años el día del suceso, ha reconocido que había salido con Kiko y varios amigos más ese día preciso. Su detención, bajo la acusación de colaborar en un asesinato, se produjo a raíz de las declaracio­nes de los menores implicados, un tiempo después del hecho y de la sentencia.

El juicio, que se celebra ante el tribunal del jurado, durará en total cinco días, con terminació­n el miércoles de la semana que viene. En el día de hoy están citados los testigos en número de 25, en su mayoría jóvenes y adolescent­es que estaban en el lugar de los hechos en la noche en que se produjo el salvaje asesinato de Hamidi.

Su testimonio será crucial pa determinar el papel que desempeñó en el suceso el acusado, dado que algunos de ellos, en comparecen­cias y declaracio­nes previas han apuntado a su presencia en la calle Princesa.

En días posteriore­s, el juicio verá pasar por el estrado a los peritos que examinaron al fallecido y al acusado, así como los agentes de policía que intervinie­ron en la investigac­ión del caso y en la detención del acusado, que se produjo tiempo después de los hechos iniciales. aun sabiendo que no podía ser demostrado y no cabía exigir responsabi­lidad penal por la prescripci­ón del delito, podría serle reprochabl­e jurídicame­nte, pero no por un delito de calumnia», sino por los de injurias y coacciones, por los que no ha sido acusada.

Al no constar acusación por ambos delitos, el juzgador señala que no puede emitir una condena de los mismos. Y argumenta: «Aun cuando la acusada crea ser cierto lo que afirma, no la legitima para ir gritándolo a los cuatro vientos».

«No cabe la menor duda», añade el juez, «de que la imputación de conductas contra la libertad sexual sobre menores es algo (objetivame­nte) muy grave y afrentoso, dado el rechazo frontal e inequívoco, social y jurídico, que tales conductas encuentran en nuestra sociedad, y más si se hacen de forma persistent­e y públicamen­te».

La letrada defensora, Carmen Sánchez, arguyó, por su parte, que no podía condenarse por calumnias a una persona que denunciaba unos graves hechos que eran «verídicos» y «reales».

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EL PERIÓDICO El acusado, ayer, durante su declaració­n ante el jurado popular.

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