La pandemia para los políticos a segundo plano
Es difícil abstraerse, cuando estamos en el peor momento de nuestras vidas. No solo por el temor en los continuos rebrotes y marchas atrás en la situación de la pandemia. La catástrofe va a afectar a muchos de los modelos y valores sobre los que se asienta nuestra vida personal y social. La angustia, el miedo y la incertidumbre sobre el futuro que nos aguarda.
Minimizarlo en lo posible es una tarea de todos. Para ello es necesario definir una hoja de ruta colectiva. Lejos de ello, solo vemos en nuestros políticos, soberbia, palabrería e Insultos. Peticiones de dimisión y de moción de censura, en un quítate tú que me pongo yo, o si se intenta poner el poder judicial al servicio del Gobierno. Guerras que no van a ninguna parte, mientras la angustia se vuelve hija de la cuarentena y la pandemia como abono y cultivo de la angustia, pasa a segundo plano. Sin aportar decisiones ni compromisos concretos. Pérdida de valores, que por desgracia se han vuelto comunes.
Pero si en el congreso el sentido común brilla por su ausencia, la señora Ayuso la supremacista presidenta de la comunidad madrileña tampoco pasa desapercibida. La misma que hace unos pocos meses llamara paletos a una comunidad y por ende al resto de provincianos que habitamos en este centralista estado. Ahora se disfraza de víctima, ¡todos contra Madrid! porque el ministro de sanidad obliga a su comunidad a seguir las mismas pautas que otras comunidades más sensibles.
En esa falta de unidad de unos partidos que se dedican amargaros la vida, hay un peligro mayor.
Vox el partido ultraderechista nacido para atacar, desde dentro al sistema democrático, ya sería el tercero más votado.