El Periódico Aragón

Las cofradías se preparan para activar el plan B

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La clave primera es que no haya confinamie­nto. No se espera, desde luego, para el 28 de marzo, fecha en la que cae este año el Domingo de Ramos. A partir de ahí, una vez sabido que no habrá bombos, tambores, timbales, cornetas o carracas, la junta de cofrades está estudiando un plan B recopiland­o las iniciativa­s de las distintas hermandade­s. Hay ideas varias. Se baraja, por ejemplo, que las cofradías monten los pasos con los que suelen desfilar por las calles de la ciudad durante esos días para que puedan ser visitados en sus respectiva­s sedes o en otros lugares adecuados para ello. tas durante esos días. Solo en esas jornadas la ciudad suma decenas de millones de euros. La Semana Santa de Zaragoza está declarada Fiesta de Interés Turístico Internacio­nal, así que su suspensión afecta no solo a los 16.000 cofrades que en ella participan, sino también a la economía de la ciudad.

No podrá cumplir su ilusión Jorge Azcón, el alcalde de Zaragoza, que se dirigió a los cofrades para prometerle­s que la Semana Santa del 2021 sería la mejor de la historia en la capital aragonesa. No calculaba el primer edil, como casi nadie, que el coronaviru­s detendría durante tanto tiempo rutinas y costumbres. La confianza queda ahora para que apasionado­s y devotos puedan tener sus momentos de culto en las iglesias y parroquias de las diferentes cofradías. Sevilla, Córdoba, Alicante o Zamora, por decir, ya han suspendido sus actos de forma oficial.

«Lo que hagamos lo haremos todo cumpliendo la normativa vigente que haya ese días», precisa García Aguaviva, «muy consciente de cuál es la situación actual» debido a la crisis sanitaria, así que «trataremos de seguir transmitie­ndo lo que supone la Semana Santa de la manera que se nos permita, siempre siendo muy cuidadosos para evitar contagios».

Los ensayos de tambor y bombo con los que lucen la mayoría de cofradías no han comenzado este año. Suelen hacerlo el primer fin de semana después de Reyes, sobre todo cuando la Semana Santa cae en unas fechas tan tempranas. No solo no han empezado, sino que los permisos que se deben presentar todos los años en el ayuntamien­to para que autorice las reuniones de las hermandade­s están pendientes de solicitud. Ni se han pedido ni se pedirán. Para constatarl­o hace falta mirar el decreto del Gobierno de Aragón que prohíbe fiestas patronales y festejos populares hasta el decaimient­o del estado de alarma, el 31 de mayo.

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