Un encuentro visionario
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Regina King ha optado en su debut cinematográfico por un formato reducido e intimista, un relato de origen teatral. Lo que hace es poner en escena, con cuidado y sin sobresaltos, un texto de Kemp Powers que firma también el guion, con lo que su cuota de responsabilidad es alta. El libreto es muy interesante: el encuentro, real pero ficcionado, en un hotel de Miami entre cuatro iconos de la cultura y las reivindicaciones negras en los años 60, el boxeador Muhammad Ali, el músico Sam Cooke, el líder político Malcolm X y el jugador de fútbol americano (y actor) Jim Brown. Sobre esta idea planea el recuerdo de otro buen encuentro (este imaginario) entre famosos, el narrado en el filme Insignificancia.
En el relato se explica, a través de ese diálogo, visionario, la dialéctica racial del momento, las posturas encontradas y algunas formas, entonces no cumplidas, de acabar con la segregación. Visto lo visto en la era Trump, un filme necesario.
Cines:
Paul Morrison aborda la historia de dos ancianos que se encuentran por el parque paseando a sus respectivos perros y que poco a poco irán estableciendo un vínculo que los llevará desde la amistad al amor con todos sus miedos.
En la historia de Dave y Fern, que así se llaman los protagonistas, hay desencuentros, soledad, traumas dolorosos, problemas económicos, pero el director no intenta en ningún momento recrearse en sus miserias más allá de determinar, a través de su bagaje, el punto preciso en el que se encuentran sus vidas.
Es 23 paseos una película serena sobre el amor en la tercera edad, sobre la necesidad de conectar, de sentir, ya sea a través de una caricia o del sexo. Sin efectismos, sin condescendencia ni una mirada edulcorada o sentimentaloide, sino apelando al humor y a la honestidad. Así, acompañaremos a Dave y Fern en sus paseos, en sus momentos buenos y malos a través, todos ellos, de la comprensión.
Una película como Los Elfkins no pretende otra cosa que la que ofrece. Es un filme de animación destinado al público infantil por mucho que sus imágenes encierren alguna moraleja sobre los sentimientos contradictorios y opuestos de la especie humana.
Los llamados Elfkins, una especie de duendecillos, viven bajo tierra, en una aldea construida entre túneles repletos de tubérculos, bien alejados de los humanos. Un día, tres de ellos, liderados por la rebelde Helvi, suben hasta la superficie y entran en contacto con un pastelero.
El argumento es previsible en sus etapas de descubrimiento entre las dos especies. Los pequeños duendecillos ayudan al pastelero desbancado por su rival, mientras que este aprende algo más de cordura y solidaridad. Nada nuevo en este tipo de películas infantiles blancas, sin ninguna arista, sin zonas de sombra, juguetonas y luminosas, cándidas en el trazo y los movimientos y con escenarios y objetos muy realistas.
El magnífico dibujante Joann Sfar vuelve a situarse tras la cámara para revivir en la pantalla a un personaje que creó hace dos décadas, y que él mismo considera su creación más personal: un niño que tiene 10 años desde hace tres siglos y que, tras escapar del castillo encantado en el que vive confinado, conocerá la camaradería infantil pero también deberá enfrentarse a una terrible amenaza sobrenatural.
Situado en un universo de criaturas imposibles que representan una reivindicación de la alteridad típica del cine de terror y por una colección de paisajes, lo que sucede a partir de esa premisa es una encantadora mezcla de aventuras trepidantes, comedia chiflada y referencias a lo fantástico.
Que la película se pierda en su tramo final, no le impide funcionar como oda a la amistad, así como una reflexión sobre el duelo y defensa de la importancia que, para el crecimiento, tienen tanto el espíritu rebelde como la familiaridad con la muerte.
Vacaciones contigo... y tu mujer es una comedia romántica francesa de la directora Caroline Vignal en la que una maestra de escuela, Antoinette, espera con ansias sus largas vacaciones de verano, para irse con Vladimir, su amante secreto, y el padre de uno de sus alumnas. Sus planes se ven frustrados al recibir la noticia de que la esposa ha preparado unas vacaciones familiares en Cévennes.
A partir de ahí, en Vacaciones contigo... y tu mujer, todo se convierte en un gran enredo en un filme francobelga que apuesta por llevar la situación desde el sentido del humor para construir una película que es apta para todos los públicos que, en realidad, y aunque lo pueda parecer, no se trata de un filme ni mucho menos romántico, en todo caso lo contrario, antirromántico. Esa es la apuesta que aspira a encontrar un hueco en una cartelera que se está poniendo cada vez más complicada ante la falta de salas provocado precisamente por la ausencia de grandes estrenos.