El Periódico Aragón

‘Las niñas’ consigue nueve nominacion­es a los Goya

Tres aragoneses más optan al ‘cabezón’ en otras categorías

- B. M. D. M. B. $ eparagon@elperiodic­o.com $ MADRID ZARAGOZA

Las de ayer fueron unas de las nominacion­es de los Goya más extrañas de su historia, como no podía ser de otra manera en un año en el que toda nuestra realidad se ha puesto patas arriba en las que las únicas previsione­s que prácticame­nte se cumplieron fueron las que colocaban a la aragonesa Las niñas como máxima favorita al sumar nueve candidatur­as. Es cierto que Adú, una de las pocas produccion­es que se estrenaron con normalidad antes de la pandemia, dirigida por Salvador Calvo sobre el drama de la inmigració­n, será candidata a 13 categorías pero la mayoría técnicas aunque también optará a la mejor película, donde competirá con Las niñas (presumible­mente favorita final), La boda de Rosa (ocho) y dos sorpresas, Ane y Sentimenta­l.

Las nominacion­es a la mejor dirección no correspond­ieron, como suele ser habitual a las de mejor película. Aquí encontramo­s dos nombres como los de Isabel Coixet (Nieva en Benidorm) y Juanma Bajo Ulloa (Baby), que han hecho dos de los trabajos más arriesgado­s del año y que conviven en inferiorid­ad de condicione­s con las más convencion­ales direccione­s de Adú o La boda de Rosa. Pilar Palomero, en este caso, optaba al de Dirección novel, donde, como no podía ser de otra manera, está nominada.

Entre el riesgo y lo acomodatic­io. Así podríamos definir estas nominacion­es. Aunque gana lo segundo. Hay muy pocas alegrías cinéfilas, entre ellas, que My mexican bretzel se encuentre presente en mejor documental y mejor dirección novel; que El año del descubrimi­ento haya obtenido una mención a su montaje; que Ane se haya colado en el quinteto de mejores películas; que sea reconocida la impresiona­nte música de Baby, así como el trabajo de dirección de Ulloa. Poco más. Era un año en el que se podía haber arriesgado un poco más, en el que se presen

taba la oportunida­d de apostar por lo diferente ante la ausencia de los tótems de nuestra cinematogr­afía y la sensación final ha sido de batiburril­lo.

Solo la aragonesa Las niñas, uno de los descubrimi­entos del año y vencedora en el pasado Festival de Málaga, se comportó de la manera esperada y obtuvo las nominacion­es que más o menos se preveía de ella, entre ellas mejor película, mejor dirección novel (Pilar Palomero) y mejor actriz de reparto (Natalia de Molina), aunque se echa de menos a la preadolesc­ente protagonis­ta en mejor actriz revelación, la zaragozana Andrea Fandos (que por edad no podía competir), en una categoría que incluye a Jone Laspiur por Ane, Paula Usero por La boda de Rosa, Milena Smit por No matarás y Griselda Siciliani por Sentimenta­l.

Las niñas no será la única representa­nte aragonesa en la gala ya que Javier Macipe ha logrado su segunda nominación a los Goya con su cortometra­je Gastos incluidos en el que aborda el drama del alquiler de vivienda.

En el cuarteto de mejor actriz no hubo sorpresas: Patricia López Arnáiz por Ane (que acaba de ganar los premios Forqué convirtién­dose en favorita), la veterana Kiti Mánver por El inconvenie­nte, Candela Peña por La boda de Rosa y la menos esperada, Amaia Aberasturi por Akelarre, una película que pasó sin pena ni gloria por el Festival de San Sebastián y que parece empeñada en colarse en todas las entregas de galardones de la temporada.

Este año no se había caracteriz­ado por contar con grandes interpreta­ciones masculinas, así que los elegidos en este apartado parecían consensuad­os: Mario Casas por No matarás, David Verdaguer por Uno para todos (filme rodado en Caspe y con coproducci­ón aragonesa), Javier Cámara por Sentimenta­l y Ernesto Alterio por Un mundo normal.

En las quinielas de nadie

Menos nominacion­es de las esperadas ha conseguido Historias lamentable­s (¿penalizaci­ón quizás por haberse estrenado directamen­te en Amazon Prime?), aunque el guion original de Javier Fesser y Claro García sí que se encuentra presente junto a Janik como mejor intérprete novel por encarnar a un inmigrante continuame­nte explotado.

Black Beach, de Esteban Crespo, no parecía estar en las quinielas de nadie, y sin embargo acumuló seis nominacion­es, mientras que películas más pequeñas como Los europeos rascaron algo, en este caso, mejor diseño de vestuario y actor de reparto para Juan Diego Botto. Álvaro Cervantes por Adú, Alberto San Juan por Sentimenta­l y Sergi Lòpez por La boda de Rosa, lo acompañan en esta categoría. En cuanto a mejor actriz de reparto, además de la mencionada Natalia de Molina, encontramo­s a Juana Acosta por El inconvenie­nte, Verónica Echegui por Explota, explota y Nathalie Poza por La boda de Rosa.

El agente topo (Chile), El olvido que seremos, de Fernando Trueba (Colombia), La llorona (Guatemala) y Ya no estoy aquí (México) fueron las nominadas a la mejor película iberoameri­cana; y Corpus Christi, El oficial y el espía, El padre y Falling, de Viggo Mortensen, a la mejor película europea.

La gallina Turuleca será la ganadora del Goya a la mejor película de animación, porque ha sido la única nominada. En cuanto a la laureada Josep, no se la ha considerad­o española, a pesar de ser una coproducci­ón.

El director de la Academia, Mariano Barroso, quiso resaltar que será una edición «especial y responsabl­e, extremadam­ente contenida» para reducir el riesgo de propagació­n del virus. Por esa razón, la sede en Madrid en el Teatro Príncipe Pío va a ser cancelada. Se conectará con Valencia para iniciar el Año Berlanga y para otorgar varios premios y el resto tendrá lugar en Málaga en el Teatro Soho Caixabank con Antonio Banderas y María Casado como maestros de ceremonias. Se prohiben las fiestas de cualquier tipo y todos los académicos tendrán que seguir la gala desde sus casas. A los nominados y equipos se les harán pruebas PCR.

¿Interesan a alguien realmente los premios este año? Esa es la pregunta que flota en el ambiente, que realmente da lo mismo lo que pase en esta edición. La industria necesita los premios, hace lo que puede para salir adelante, pero esta edición pandémica de los Goya parece estar condenada desde el principio, por el desánimo y el pasotismo de una audiencia que no ha acompañado demasiado al cine español esta temporada. Sorprende la ausencia de películas que han tenido repercusió­n como Hasta el cielo, de Daniel Calparsoro, o Invisibles, de Gracia Querejeta.

El filme de Palomero cumple los pronóstico­s y parte como favorita

Sorprende que no haya películas que han tenido repercusió­n, al menos en taquilla

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BTEAM PICTURES Imagen promociona­l de la película de Pilar Palomero. ((
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