El obispo de Cartagena se vacuna como capellán
El prelado se inocula sin tocarle junto a otros cuatro sacerdotes
José Manuel Lorca Planes, obispo de Cartagena, se puso la primera dosis de la vacuna contra el coronavirus sin que le tocase, tal y como confirmó la propia Diócesis en un comunicado enviado a los medios el lunes por la noche, y lo hizo en la residencia de Murcia Hogar de Betania, cuyo patronato preside. Sin embargo, en el listado que mandó este geriátrico a la Consejería de Salud, para registrar los certificados de vacunación, aparece el nombre de Lorca Planes no como obispo, sino como capellán, aseguran a este diario fuentes cercanas al caso.
Además, Monseñor no se vacunó solo: junto a él lo hicieron su secretario personal, Maximiliano Caballero; el obispo auxiliar, Sebastián Chico; el que fuera arzobispo de Burgos, Francisco Gil Hellín, y el canónigo de la Catedral Tomás Cascales. Los cinco religiosos están desde julio de 2019 registrados como residentes y capellanes de la residencia diocesana ubicada en la carretera de Santa Catalina. Y en calidad de capellanes recibieron el vial.
La Consejería de Salud anunciaba ayer que abrirá una investigación para tratar de esclarecer cómo es que el prelado se puso la vacuna, ya que no estaría incluido en los grupos prioritarios en esta fase de la campaña. Así lo afirmaba el portavoz del Comité de Seguimiento de la covid en la Región, Jaime Pérez, quien explicó que el departamento que dirige Juan José Pedreño no se hace responsable de la decisión que habría tomado la residencia en la que el religioso recibió el primer vial. Que no el segundo, ya que, según el citado comunicado de la Diócesis, Lorca Planes ha renunciado a ponérselo.
Pérez concretó, en rueda de prensa, que Salud recoge los listados que facilitan las residencias con los nombres de los trabajadores y usuarios de las residencias que deben ser vacunados. Respecto a la decisión del obispo de no ponerse ahora la segunda dosis de la vacuna tras anunciar que había sido vacunado y alegar que «no creía que estuviese mal», Pérez apuntó que, aunque la Consejería sí recomienda administrar la segunda dosis, depende de la «voluntariedad» de cada persona.